CAMINO REAL DEL SELLA. De Cangas de Onís a Ribadesella por las tierras de Margolles
CANGAS DE ONÍS. PARADA Y FONDA
Ya
he hablado alguna vez de la Villa de Cangas, y lo tesoros que esta guarda, desgraciadamente casi ninguno está
relacionado de forma directa con el mundo de los acemileros arrieros que hasta
este lugar llegaban, sí que la capilla de Santa Cruz, la cual fue reconstruida
en varias ocasiones, una de ellas en la postguerra, tiempos en los que se hizo
una reparación importante con el objetivo de dejar al descubierto el dolmen que
existía bajo los cimientos de la capilla, y que según se cuenta la leyenda
historiada fue un templo romano reconstruido en tiempos del reinado de Favila.
Cangas
de Onís aparece como área concejil en siglo XVI, y como tal quedan algunos
vestigios como el puente de Cangas sobre el río Sella, denominado como Romano,
y no muy lejos se haya el Palacio Cortés, con capilla adosada XVI, y también el
Palacio Pintu, y en esos entornos nos tenemos la imponente iglesia
parroquial de la Asunción, aunque esta es algo más que moderna, pues data de
1963.
En
cuanto a las cuestiones religiosas, Cangas esconde una bella construcción como
es la iglesia de Santa María, o al menos a mí me lo parece de estilo entre el
barroco y el renacentismo (XVI-XVIII), pero que ha perdido la funcionalidad de
acoger los oficios, y desde hace unos años se haya dedicada a las funciones didácticas
e interpretativas a modo de Aula del Reino de Asturias.
Vista general de Cangas de Onís, hacia 1910. Col. José Manuel González Castro.
Su
fundación viene recogida en un documento de 1522, siglos adelante, en el siglo XVII
una, y otras dos más en 1797 y 1804, en cuyas épocas se construyó la torre
campanario. La cabecera de la iglesia como viene siendo habitual en esta zona conserva
una secuencia de pinturas murales que se datan del siglo XVI y que representan
un Vía Crucis.
Visto
estas cosas del patrimonio, bien nos podemos quedar un rato paseando por Cangas
de Onís y disfrutar de sus casonas indianas, y el guirigay del gentío frente al
Puente Romano, que no deja de ser un puente medieval de los tiempos de
Alfonso XI de Castilla, de gran envergadura, de procedencia romana es posible,
pero que se sepa no había ninguna guarnición romana en esa zona para requerir
ya en esa época un puente de esas características, pero es cierto que el
medievo Cangas de Onís siempre tuvo mucho auge comercial y de tránsitos varios,
y si es domingo se puede disfrutar del mercado que se abra a la par de la
“nueva” iglesia de Santa Mª de la Asunción y
del Palaciu Pintu.
DESDE
CANGAS CAMINO AL LLANO MARGOLLES
Mapa de Corao a Margolles y Ribadesella
Nos
hablan los cronicones camineros que una vez se llega a la Puente Vieya del
Dobra, el trazado arrieril iba por las aldeas de Tornín, Caño para entrar en
Cangas de Onís por la Calzada de Ponga hacia el Barrio del Mercado yendo hacia
el puente Gueña, hoy desaparecido, para sí pasar a la capilla de Santa Cruz. O
sea que seguía la actual carretera Nº 625.
Aunque
bien podría ser que el tránsito llegados a Cangas se fuera hacia el Este
acompañando al río Gueña hasta Corao, para de este modo arribar a las minas de almagre
de Labra, y bien cierto es que pudiera ser ese un tránsito habitual entre los
acemileros del almagre, pero cuando se habla de la traza del Camino de
Castilla, Pedro Pisa nos envía desde la capilla del dolmen hacia el barrio
de Contraquil para ganar el pueblo y luego la collada de Llueves.
Es
más que posible que este fuera el trazado, para otras mercancías que no fueran
el almagre, sino mercancías de las que ya he hablado anteriormente, como la
manteca, los salazones, la madera, y herramientas.
Para
alcanzar la aldea de Llueves, hay que afrontar una pendiente constante que nace
en el barrio de Contraquil y que trepa, por el acceso rodado CO-1, hasta la
aldea mencionada. Trazado que toma altura, de cuyas resultas nos ofrece un buen
mirador sobre las cumbres de Ponga y Amieva, de esta guisa se concluye parcialmente
el recorrido que en el pueblo de Llueves, se deja el asfalto para proseguir una
vez cruzado el pueblo por una pista hormigonada que busca la collada de
Llueves. (367 mts altt).
En
el caso de Llueves, hay una placa de caliza, cercana al a capilla citada, cuya inscripción
dice: Un oso mató al rei Favila, año de 739. y que fue mandada grabar
por los Duques de Montpensier: Doña María Fernanda de Borbón y D. Antonio de
Orleans, tras la visita que realizaron a Covadonga en el año 1857., para de
este modo sustituir una cruz de madera que durante siglos señaló el lugar del
trágico fin del rey Favila hijo del rey Pelayo y que reinó entre los años 735 y
737, la cual estaba totalmente deteriorada
Este
suceso que recoge la leyenda acerca de un posible oso regicida sirvió a modo de
perfecta excusa, al Ateneo Republicano de Asturias, cuyo alter ego hasta su
paso al Oriente Eterno fue el abogado Prendes Quirós, para montar la Fiesta
del Oso Republicano.
Indicar
que, desde el Monasterio de Villanueva, también sale un camino que va por encima
del rio Sella hasta las inmediaciones de La Escalerina, cruzando la riega de
Mables, para enfilar directamente hacia el pueblo de Llueves, supongo que desde
aquí se allegaban a la almagrera de Labra, por donde hoy circula el GR-9
Asturias Interior.
En
Llueves, una vez en el pueblo se cruza el poblamiento para coger el camino de
la collada de Llueves, coincidiendo en este tramo hasta la Collada con el GR-
109 Asturias Interior , este se va por la derecha hacia el Pico del Arbolín
hacia Labra, nuestro Camino Real del Sella, del cual perdemos por unos
instantes de vista el afamado río, sigue hacia el Norte, dando vista a la nueva
vertiente, la de Olicio y el valle que riega el arroyo Brengues, a cuya aldea
nos dirigimos por un camino hormigonado, y en la encrucijada que este forma más abajo se
sigue de frente hasta el núcleo de El Colladín, donde se empata con la
carretera que viene de Parda, para seguir el rumbo antes marcado hasta concluir
ante el pueblo de Peruyes, perteneciente a la parroquia de Margolles, llegar al Llano es
un momento.
Este
es un camino que circula por entre valles muy estrechos y sinuosos que
desembocan en la vega de El Llano Margolles, donde de nuevo nos damos de bruces
con el río Sella, y no solo eso sino que nos topamos con otro guiño caminero,
como es la ermita de San Roque, la iglesia parroquial no muy lejana está dedicada a San Martín de Tours,
su origen parece derivar de una donación en el años 929 proveniente de Ramiro, hijo
de Alfonso III «in territorio de Kangas… iten secus flumen Selian in villa
Margolles, ecclesian Sancti Martini cum suis adiacenciis et piscaris et
cannalegis ab integro» (Libro de los Testamentos).
Hematites roja o almagre, procedente de Labra. Fotografía: José Manuel Trespando Corredera
LAS
VARIANTES ARRIERAS DEL ALMAGRE
Es
de suponer que el Camino Real del Sella, que hasta a hora he descrito es muy
posible que tuviera diversas variantes en cuanto a la traza, de lo cual
dependería de las épocas y de las mercancías a transportar, una variante
conocida es la que se denomina como Camino del Almagre.
Como ya he comentado el almagre se extraía de una almagrera que tenía monasterio deVillanueva, en Labra, en la ería de Nobal, tal y como queda constatado en una nota escrita en el Libro Maestro del Monasterio “en la heria del nobal ay una muera de bueys que es lo principal de la almagrera de aquella heria y ay año que le bale al forero que le toca de cinco en cinco años el vender el almagre mas de quinientos ducados”, y continua “que en caso que vaque este foro no se buelva a forar sin que la cassa tome possesion de los vienes y los administre”. y que en legajo maonacal se recoge sobre los bienes monacles, se refieren a la ería del Nobal, y en el cual un monje de Villanueva escribió lo siguiente: “esta es la almagrera y piedra del escandalo que vale sola tanto y mas que todas las demás”.
Por tanto, es fácil de entender que los acemileros desde
estos contornos llevasen el mineral en dos direcciones, una hacia Oseja, y otra
hacia el embarcadero de Ribadesella.
1º/
Si iban hacia el Sur a Castilla, bien pudieran desde Labra bajar a Corao y por
Isongo allegarse a La Riera para tomar la calzada de Omedina, tal vez por eso
ese camino se había enlosado, y ya una vez arriba en las inmediaciones de
Següenco, en Los Payares fueran hacia el caserío de San Vicente con bajada
hasta el Puente Vieyu del Dobra, conectando así con el Camino Real de Amieva o
el Sella. Es una hipótesis.
La
2ª posibilidad, tal vez menos costosa en cuanto a pendientes, es que el trazado
escogido saliera de Labra, donde se sitúa la almagrera principal abastecedora
de los minerales necesarios para la exportación a Castilla, y bajara a Corao y
luego fuesen en plano hasta Cangas de Onís para seguir plácidamente por el
Camino Real del Sella, o sea por Caño y Tornín, hasta la Mecedura del Dobra
para subir a Vis y continuar por Amieva y Oseja.
Llegados
a este punto, realmente hay que decir que no nos han llegado los itinerarios
seguidos por estos peculiares transportistas, por lo cual su memoria se pierde
en tiempo y en las diversas y plurales variantes camineras que ofrece el
territorio.
OTRO
CAMINO: DE LABRA A SAN TIRSO DE LA VIÑA POR PERUYES
Fuera
como fuera, desde Labra el mineral es posible que, igual que viajaba hacia las
tierras castellanas, también lo hiciese hacia el puerto de Ribadesella para su más
que posible exportación.
En
este caso. el itinerario a seguir no iba al Sur sino al Norte, partiendo de la
almagrera de Labra, a donde llegarían los acemileros desde Corao subirían por
el Camino del Palacio, pasando ante la hermosa fuente de Las Piperes, dado
que el emplazamiento hidalgo de Labra nos ofrece la contemplación de la San Bartolomé,
de reciente construcción, y como las casonas del siglo XVIII, como la de los
González Teleña y Soto Cortes, con sus impresionantes obras escultóricas de
Dalí.
Trazado
que tan pronto trepa ladera arriba, como luego sigue valle abajo, circulando por
entre complejos valles y riegas, que nos hacen pasar por aislados núcleos como
Las Canaliegas, para de este modo ganar la aldea de Peruyes y la fértil vega de
Margolles.
Este
era, en definitiva, el otro Camino Real del almagre de Ribadesella que iba
desde Corao, y que en algunas parte se le ha considerado como el trazado ideal
para dichos tránsitos mineros, quedando el de Llueves como Camino Real del
Sella, tal vez con tránsitos más generales.
Ermita
de San Tirso, La Viña
Una
vez en Margolles, el tránsito seguía ahora al Este, hacia el puerto de
Ribadesella, para lo cual el trazado iba por el lugar que hoy ocupa la
carretera Nacional- N-634, pasando por La Viña y ante la espalda de la recoleta
ermita de San Tirso, cuya devoción se recoge en el siglo XVIII, lo cual hace
que los paisanos del lugar, generación tras generación, dejen a los pies del
santu, antes eran hogazas de pan, y ahora unas cestas de naranjas.
En
estos entornos se enlaza con el «Camino Real de Corao a Ribadesella, camino que iba
de Santianes del Agua, que por Triongo».
Tal
era la importancia de este camino, que ya se citaba en el año de 926, en tanto
que la iglesia de San Martín de Margolles, de la cual ya he hablado, y el
Monasterio de Triongo, eran significadas, pues Ramiro I, indicaba «que fue de
mi tía la reina Jimena y de mi pariente Sancho rey de Pamplona» (ACO-Libro
gótico) y donde hubo, en Margolles, un hospital».
No
parece haber duda acerca de la importancia de la orilla a la que refieren los
historiadores, pues parece que el margen
derecho del río, aguas abajo,
siempre ha tenido más preponderancia y predicamento sobre cuya orilla, pero pegados a la ladera del
monte están las cabeceras parroquiales de Margolles y Triongo, y de esos puntos
arrancan los accesos más idóneos rumbo a flujos camineros de ahora estoy
exponiendo y analizando: ejes comerciales y comunicacionales como eran Corao o
Cangas de Onís, o de tipo religioso como era Covadonga y Abamia.
El
Camino hacia la encrucijada de Llovio, que
son unos cinco kilómetros, tendremos como compañeros a la N-634, que en tiempos
antiguos los viajeros y acemileros tendrían por compañero al río Sella, que más
de una vez lamería sus pies, al menos entre Liordón y Fries, e incluso antes de
llegar al recodo de Omedina, (topónimo que se repite mucho por esta zona)
Los
caseríos de tal ruta, se notará que están levantados contra las ladera del
monte, para de esta manera estar a salvo de las desbocadas aguas del padre Sella.
Llegados a Santianes el valle se abre para doblar por Llovio hacia Ribadesella.
LA
VARIANTE PARA PEREGRINOS POR SANTIAGO DE CUEVAS
No es que sea parte del Camino Real del Sella, pero ya que convergen las rutas peregrinas, pues aprovecho para dar unas pinceladas: Hoy entre Fries y Omedina, se puede cruzar por un puente colgante, que antaño es de suponer que se pasaría, por defecto abría una barca o un paso de cuerda, pero a la Laura de los famosos vados de Llovio.
Hay
que tener en cuenta que este trazado es un enlace del Camino Jacobeo que viene
desde el pueblo de Collera y que huye de las rasa costera para busca la llamada
Depresión Mesoterciaria, y coger un camino más directo y facilón hacia San
Salvador de Oviedo sino se hacía por el trazado que ocupa hoy la Nª 634.
Hay una posible variante peregrina en dirección a las Arriondas, para ello se cruzaba una de esas revueltas del Sella, las de Llovio para buscar el Puente Santiago (del ferrocarril) y en ese punto de confluencia de la riega Castiello con el río Sella, por debajo de la Cordal del Monte Moru, y que se forman en la otra orilla los picos del Hombrón y el Castiellu, trazado que sube valle arriba el Camino de Tresmonte y de nuevo a lugar de El Posadorio, ganando así la altozana aldea de la Sinariega, que como digo era una forma de ir a Las Arriondas.
Aunque eso no quita que la orilla derecha aguas arriba del río Sella, pudiera ser un trazado ideal, el cual hoy ocupa el FEVE, y se ha denotado una vieja traza anterior que unía Cuevas pasando por el Puente de Santiago con la aldea de Toraño y se pudiera pasar a Fuentes y Bode hasta las Arriondas. Variante muy directa, hoy impracticable debido a la presencia del ferrocarril, y los diversos túneles.
EL
CAMINO PARA PASEANTES A RIBADESELLA FURA DE LA Nª 634
Hoy
andar por el arcén de la Nº 634 no es un plato de buen gusto, por eso propongo
para los caminantes que este siguiendo esta exposición el ir a Ribadesella de
forma más sugerente.
O
sea que cruzamos una vez pasado Triongo y llegados a las playas de Oba cruzamos
el Sella por un puente colgante y os vamos al Este hasta Cuevas, donde nos
topamos con una curiosa ermita dedicada
a Santiago, y cabe preguntarse ¿Qué hace un capilla bajo tal advocación tan
alejada del Camino oficial Jacobeo ó sea el que va por la rasa costera?, La única explicación es que por estos lares
venían los peregrinos que no querían entrar en Ribadesella y tener que pagar
los portazgos y demás, y preferían cruzar el Sella por lo vados de Llovio, para
seguir rumbo Oeste por Nocéu hasta San Salvador de Moro empatando con el Camino
del Norte más arriba, o sea en San Esteban de Leces.
Camino
que sigue por La Ribera hacia El Alisal pudiendo visitar el faro radiante de la
iglesia de Santa María de Junco, que se la relaciona en un documento del 1259
con los monasterios de Santa María de Vega de Oviedo y Santa María de
Villamayor.
Indicar
que este templo fue incendiado en 1936, permaneciendo casi intactos gran parte de
sus elementos escultóricos y parte de su estructura, compuesta de una sola nave
rectangular con ábside semicircular precedida de un breve tramo recto.
Todos los aleros de los tejados de nave y
ábside tenían canecillos, pero el incendio de 1936 destruyó buena parte de los
de la nave. Subsisten algunos de éstos y la totalidad de los del bulto absidal.
La mayoría son lisos, aunque hay algunos decorados con huecos: los hay
posteriores a la etapa fundacional del templo.
Otros en cambio pertenecen a dicho periodo,
así la ventana aspillerada sobre la portadas Oeste, muy sencillas, una de ellas
con arco de medio punto y un escudo barroco, columnas con capiteles decorados
con parejas de aves afrontadas. La portada Sur no tiene nada especial que
destacar pues misma, tal vez lo más destacado es la ventana Este de formato
absidal, similar a la de Leces con su arquillo de medio punto que descansa y
que sustituyó a otra más antigua.
Sin
duda, lo mejor es el arco triunfal, de tres vueltas que apoyan en otras tantas
columnas. Los arcos están decorados con ondulaciones paralelas y pequeñas
cruces. La ornamentación de las columnas es muy interesante y bien labrada.
Prácticamente
se repiten los motivos en ambos lados: cabezas engolando el fuste con afilados
dientes y parejas de aves afrontadas con pequeñas cabezas humanas. Un ábaco con
ondulaciones recorre la parte superior de los capiteles y se prolonga por el
muro toral.
Antaño,
toda la iglesia de Junco o Xunco, debió de estar cubierta con pinturas murales
al estilo de San Salvador de Moro. Hoy donde más se aprecian estos restos es en
los muros y bóveda del ábside. Cuando visité por primera vez las ruinas, aun
sin restaurar, a pesar del deterioro, se advertían vestigios de figuras
humanas, motivos vegetales y otros temas. En un hueco tapiado de la nave había
también pinturas como en San Salvador de Moro.
Pinturas de Iglesia de San Salvador de Moro
Una vez concluida la contemplación exterior,
pues el interior es hermético para los visitantes, se sigue rumbo a La Piconera
con su soberbia mansión que con ese alzado despista al más pintado, pues de tal
edificación se convierte en palacio y, como tal, impresiona en una primer
momento y te desconcierta al segundo, esta edificación fue mandada construir en
1891 por el indiano Manuel Martínez, emigrante en Venezuela o Cuba, según la
fuente consultada.
Tiene
planta rectangular con reminiscencias clasicistas, donde se resalta un cuerpo
central, de mayor altura que los dos laterales, con galería en la segunda
planta; por encima de ella hay un último cuerpo, aligerado por la abertura de
cinco vanos entrando en Ribadesella por la linde con la Cueva de Tito Bustillo
al Malecón riosellano, dando por finalizada esta travesía desde Valdeburón a
Ribadesella con todo el peso que tiene dicha capital riosellana en el entramado
jacobeo.
Palacio de la Piconera
Y
aquí, en Ribadesella concluye el Camino Real del Sella, que el arcediano de Villaviciosa
puso en el mapa con sus actuaciones y valentía y buen ojo comercial a la hora
de abordar su mejora y explotación.
Espero
que todo estes trabajo les haya sido útil, en todo caso pueden ojear estos enlaces
de la Ruta del Vino y el Almagre y las
rutas jacobeas riosellana, y se entenderá
mejor algunas cuestiones
https://miscaminosacovadonga.es/por-la-ruta-del-vino-y-del-almagre/
https://miscaminosacovadonga.es/498-2/
Victor
Guerra
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