EL CAMINO REAL DEL SELLA: La FRANCESADA, CARLISTAS, VIAJEROS y PEREGRINOS
LA SENDA DEL ARCEDIANO COMO ESCENARIO PREDILECTO
Está claro que un trazado como el Camino Real del Sella, o como quiere se le llame, aunque entre el común. perdura lo de la Senda del Arcediano, tiene una carestía de noticias a lo largo de la historia, ya que tan solo se cuenta con algunas informaciones fidedignas desde que se conoce la fundación de la alberguería de Pontumio, y luego mucho silencio a lo largo siglos, solo roto durante otros dos siglos XVIi y XVIII debido a la acción de los notarios de Oseja, que son los que nos ponen al tanto de muchas cosas que incluso podemos trasladar a siglo anteriores,
Todo ello quedó reflejado en las notas y protocolos dejadas por estos escribanos y cuya documentación ha recuperados para la historia de este interesante trazado la profesora Elena E. Rodriguez.
Ese contingente documental nos dice mucho de aquello que aquello que nos sabemos y de aquello que sucedió durante un intenso período como el ya citados. Aprovechando pues el venero notarial sajambrino, hago con este pots repaso de las notas a cerca de esos otros usuarios que trabsitaron por la Senda o Camino Real, como pudieran ser los viajeros, los soldados, los peregrinos, los que se tenían que ganar el pan con las arrierías y los trajines.
Expone la profesora Elena E. Rodríguez, acerca de esta cuestión que «Muchos cruzaban Sajambre por el camino real y que entre los viajeros y transeúntes algunos hicieron parada en Soto o en Oseja, algunos para descansar o refrescar las caballerías, otros para comerciar, y otros para morir, como Juan García de Llanes en 1660; o incluso para dejar testimonio como Diego Díaz, vecino del Rioseco (Llanes), que mientras estaba de paso por Soto actuó como testigo en un documento de 1665.
Al igual pasó con Pedro Ruiz Colsa, vecino de la
villa de Llanes en 1662 y que a Pedro Bustillo, del mismo lugar en 1668. Los
viajes compartidos sirvieron en más de una ocasión para que los llaniscos tuviesen que declarar al ser llamados como testigos en pleitos y querellas interpuestas contra sajambriegos.
Al hecho de que hubiera lugar a un intenso tráfico a lo largo del camino real,
la documentación nos permite entre otras cosas, saber lo que costaba alquilar un rocín para cubrir
la distancia entre Llanes y Soto, y las fluctuaciones de precios que sufrió el
servicio entre el siglo XVII y el siglo XVIII (entre 15 y 19,5 reales ).
Tomás López de Vargas |
Pero al margen de estos tránsitos ya conocidos y muy comunes en el deveir del Camino Real del Sella , tenemos una serie, diríamos, de Viajeros Ilustrados, uno de ellos debió ser el propio Tomás López de Vargas el cual realizó el Mapa del Principado de Asturias, comprendiendo todos sus Conejos, Cotos y Jurisdicciones (1777)
Él mismo nos confirma el intenso paso que había a través del Puerto de Pontón, tanto de arrieros como de trajineros, lo cual viene confirmado cuando ya antes, en algunos documentos, como la Guia de Caminos del Escribano de 1760, lo que remacha con la publicación de la Guia de Comerciantes de 1800, donde habla de la gran cantidad de arrieros astures (llaniscos, cabraliegos y cangueses) que se hospedaban bien en el Mesón de la Cruz, o en el Mesón de la Madera, situados en la plaza de La Cebada de Madrid. Una pena que no tengamos sus nombres.
Como inusitados viajeros tenemos por la zona a las tropas de la más variada gama y ralea, desde los Franceses que penetran en la zona entre 1810 -1811 al mando de general Michel Ney, notable militar y masón iniciado en 1801 en la logia Saint Jean de Jérusalem de Nancy, y miembro de la logia militar "La Candeur", del 6º Corps de la Grande-Armée, auqnue creo que falta alguna documentación al respecto para cimentar ese hecho.
Sí que tenemos documentado que el General francés Bonet invadió Asturias entrando por el Puerto de Pontón a Sajambre, a la región astur por el Puerto de Beza llegando de este modo a Cangas de Onís, donde puso pie en puerta en el monasterio de Villanueva, hoy Parador Nacional,
En ese interín también estuvo en la zona el General Ballestero, que pasó por dicho eje camimero, con sus 10000 hombres con la ayuda de los mostayeros (naturales de Amieva) camino de Castilla, pero eaunque s ele asigna como zona de paso la Senda del Arcediano, parece ser que este lo hizo por el Puerto de Ventaniella., más factible para tanta tropa y pertrechos.
Eso dicen o se comenta, auqnue queda por demostrar algunas cuestiones documentalmnete.
Otros notables viajeros, ya viejos conocidos los cuales tenían como centro de operaciones los Picos de Europa, fueron Guillermo Schulz que hace una descripción de la zona en su Descripción Geológica de la provincia de Oviedo.(1858) el cual describía la cuestión así: «el río Sella que viene de Sajambre corriendo por las gargantas tan angostas y riscosas que han sido siempre intratables , aun para los pastores»
Otro de los pateo la zona fue el espía francés Jean Marie Hipolyte Aymar d'Arlot, conde de
Saint-Saud que recorrió la zona, en concreto hlo hizo mediante el trazado de la hoy N- 625, en aquellos tiempos aún sin terminar,
o sea que lo hizo a modo de primer viajero y que anotaba eso de «nii las cabras
podían cruzar el desfiladero» de Los Beyos.
¿QUÉ PASA CON LOS PEREGRINOS…EN TIERRAS DE SANTOS Y
SANTAS?
Y aunque se supieran todas esas cosas para visitar y venerar, digamos que el Camino del
Sella, no era una ruta fácil para peregrinajes, pues contaba con tramos de
cierta longitud sin población alguna, había de por medio pasos angostos, eso sí parece que muy transitados, pero que debían dar un poco de miedo a la hora de emprender su travesía, aunque se
puede aventurar que algún romero que otro atravesó estas feraces tierras en pos de su
utópica búsqueda espiritual.
En todo caso, Sajambre cuenta con dos inputs de
matizado carácter peregrino como son por un lado las dos alberguerías que se constituyeron
en la zona, una de la que ya hemos hablado, la alberguería de Pontón, y luego
estaría la alberguería y ermita de Sabugu, sin olvidar las ermitas dedicadas a
santos peregrinos y hospitaleros como San Roque y San Julián el Hospitalario.
SAN ROQUE, PEREGRINO Y SANTO PATRÓN
Sigo pues, los trabajos de Elena E, Rodríguez, que
resumo y aderezo para compresión de lo que significó la famosa Senda del
Arcediano, en Sajambre y su peso como Camino Real de Amieva o del Sella en el
Norte de España. El trabajo se titula: Más datos sobre la Ermita de San
Roque. Oseja de Sajambre siglo XVI [2]
Nos dice la citada profesora que se desconoce fecha
de fundación de la ermita y de cómo fue el proceso de la advocación, aunque hay datos de su
existencia ya en 1598 y 1600, o sea fechas muy cercanas a su
canonización.
Los datos que nos aporta la profesora, se componen de unos
apuntes contables de la Casa Piñán, que vienen a demostrar que el santo de Montpellier, fue motivo
de culto dada la peste, la cual estaba azotando a Sajambre, de tal manera que
se había llevado por delante, tanto a gentes nobles como gentes del común, aunque,
el levantamiento de la ermita dadas las fechas de propagación del culto al
santo por Europa se sitúa entre a mediados del siglo XIV, y en el
Norte de España se documenta sobre el siglo XVI.
Digamos que algunos de estos levantamientos estaban
relacionados con las pandemias, en concreto todo el Norte se vio afectado por la
dichosa peste bubónica o de Landres o de Londres, que en concreto afectó gravemente a estas áreas
montañosas.
En todo caso, Asturias se vío afectada por varias
epidemias que van a persistir por un tiempo en toda la región: la peste (1348 y
1665), la lepra o pelagra, y la escrófula (la tuberculosis) y el ergotismo
(fuego de San Antón).
La propagación en estos casos de epidemíí, sacó pronto los santos a la calle para rogar su intercesión en una población muy
sugestionada porr las hambrunas, la peste y por la religión, mediante el martillo pilón de la condenación del alma, tal es así, que ante la crisis pestilente de 1600 se pidió al Cabildo Catedralicio sacase en procesión
por Oviedo a la santa patrona, o sea a Santa Eulalia.
Entre las advocaciones dedicadas a San Roque en
España, un santo anti pestífero, tal vez la más importante sea la de Santiago
de Compostela. Entre las astures encontramos a San Roque en Llanes, que data
de al menos de 1571, que se celebra con los “siemprevivas” al santo ¡Viva a San
Roque y el perru¡, sin dejar de mencionar que en Llanes se conserva, al menos eso se dice, una
reliquia, o sea una tibia certificada por la Vaticano como auténtica.
Luego está el
jacobeo San Roque de Tineo, que se cree que es la advocación más antigua pues la
data de su ermita nos lleva al siglo XII, aunque es un templo remozado y reubicado su advocación, y que se cree que la imagen fue traída por unos peregrinos franceses.
Aunque según sus hagiógrafos, dicha herida estaba situado en la ingle, pero por aquello de la decencia se le representaba en el centro de uno de sus muslos.
En segundo
lugar, hay otra figura como es el perro que lo acompaña (Melampo) que en ocasiones se le representa con una hogaza de pan en la boca. Tambien en otras ocasiones aparece lamiendo la úlcera de san Roque, a modo de la contaminación del
pobre Lázaro el de la parábola de los Evangelios.
El atuendo con el cual se suele representar al santo occitano, es el
de peregrino que se conoce como sarrochino, este se componía de una túnica,
capa, esclavina, bordón, cantimplora y zurrón. La presencia de la vieira jacobea,
aunque primariamente se trataba de una cruz con espada las llaves de san Pedro,
el emblema papal que muchos de los peregrinos a Roma portaban.
Volvemos pues, al relato de Elena E. Rodríguez a cerca de la ermita de San Roque en Oseja, esta maneja dos hipótesis sobre tal advocación y
levantamiento de la ermita «1ª) Que la ermita de San Roque de Oseja se
construyera antes de 1596 (durante la peste de 1582-1583 o de alguna epidemia
previa). 2ª) Que se hiciera en los primeros momentos de la peste atlántica
(1596-1597).»[3]
La ermita tuvo una importante reforma en 1703, la cual estuvo a cargo de canteros llaniscos, que estuvieron trabajando a su vez en la reconstrucción
de otra ermita, pero con una advocación muy antigua, como es San Pelayo de Pío.
La fisonomía de la capilla la recoge Elena E.
Rodríguez de esta manera, "se trata de una construcción pequeña compuesta de una sola
nave, con una puerta en arco de medio punto y pórtico cubierto, sustentado por
estrechos pilares de madera a uso de la tierra. La gran puerta en arco encaja
en la cronología de 1703, pero no estaría presente en la iglesia del siglo XVI
con seguridad. La cubrición a tres aguas del atrio podría ser una de las
mejoras del año 1703, y cuya imagen dista poco de la que pueden ver hoy los
viajeros y senderistas o peregrinos".
Desde luego, San Roque no deja de ser un guiño para
los romeros que se pudieran dirigir hacia a San Salvador o hacia Covadonga.
SAN JULIÁN HOSPITALERO DE SOTO DE SAJAMBRE.
Otro guiño peregrino, en la zona, fue la existencia ya camino del Puerto de Beza del templo de San Julián de Soto de Sajambre, que se documenta durante el siglo XVII, y que se le da como emplazado en el lugar de El Piquero.
Moisés Díaz-Caneja Piñán, escribió: “hasta hace poco (1925) existió el caserón de la ermita dedicada a San Julián, cuya fiesta se celebraba en Soto el 7 de enero, en el cual se conservan las piedras del altar, las cuales se quitaron para hacer la casa-cuadra antes mencionada, o sea, que está a orillas del camino” (en Apuntes descriptivos y reseña histórica de Soto de Sajambre, manuscrito inédito».
Las dudas son muchas y variadas, el año de fundación
del templo se ignora, y parece haber cierta incapacidad para definir cuál es la
advocación a la que se refiere el patronímico de San Julián. Parece que podría ser la del Hospitalero dado que en Soto se celebraba la fiesta el 7 de enero.
Cierto, es que se dice y se escribe por parte de las
instituciones sajambrinas, que en El Piqueo estuvo el antiguo pueblo de Soto dado los vestigios arqueológicos castreños, aunque la arqueología sólo ha
desenterrado, por el momento, los monumentos funerarios megalíticos de
Vegabaño.
La autora del artículo expone que «San Julián el Hospitalero o Hospitalario está considerado protector de los caminantes y patrono de los barqueros y posaderos por haberse dedicado a servir a los viajeros, ayudándoles a cruzar un río, y amparándoles y atendiéndoles en una hospedería que llevaba junto a su mujer ».
Remacha el historiador Santos Yanguas, que este santo no solo era protector de los
caminantes, al igual que San Cristóbal o San Roque, los cuales se asimilaron al
antiguo culto romano a los viales y a un sinfín de divinidades paganas
relacionadas con los caminos.
Nos dice la Wikipedia acerca de San Julián el Hospitalero. que "es el personaje -presentado como santo- de una leyenda medieval, transmitida por Santiago de Vorágine, en su Leyenda áurea, escrita hacia 1262, y desde ese momento ampliamente difundida por Europa. La leyenda relata la tragedia que lleva a Julián a matar a sus padres, creyendo vengar el adulterio de su esposa, y la vida de penitencia a la que se somete para obtener el perdón de Dios, que le comunica un ángel.
La leyenda áurea no
proporciona ningún dato cronológico, e incluye este relato, tras dar noticia de
otros tres personajes con el mismo nombre y considerados santos. A lo largo de
la Edad Media el personaje legendario se hizo coincidir con algunos
santos de los que si hay algunas noticias históricas; y esta confusión puede
estar en la base del título dado a algunas iglesias. [4]
Tras consumarse la
tragedia, Julián y su esposa parten como peregrinos a Roma, donde reciben la
absolución papal a cambio de establecer un albergue en un lugar en el
que este fuese especialmente necesario por la peligrosidad y las dificultades de
la zona para peregrinos y viajeros. En la ciudad de Le Mans -señalan los mismos
autores- se llegó a identificar la figura de San Julián hasta tal punto con la
de Santiago, que ambas festividades se celebraban el 25 de julio. A esta
relación ayudó el hecho de que Le Mans y otras poblaciones francesas vinculadas
a la leyenda de este santo se encontrasen en rutas jacobeas galas
a Compostela». [5]
En
Asturias el culto a San Julián es muy antiguo y arraigado, puesto que se haya acreditado al menos desde el siglo VIII, cuya figura empieza a ser
patrocinada por la monarquía asturiana.,y de su presencia en el ámbito popular nos ha dejado este refrán: El que toles fiestes quiera andar, per San Xulián
tien qu'empezar [El que todas las fiestas
quieran vivir, debe empezar por san Julián].
LA ERMITA Y ALBERGUERÍA DEL SABUGU
Vayamos por partes, apenas si quedan restos de esa fundación, es más fuerte la impronta oral que se desparrama por todo el contorno de la Senda del Arcediano, que no en Camino Real del Sella.
Una ermita y una alberguería, sitas en la majada de Sabugo, también citada como Sahugo o Saúgu, y dicho hecho está documentada en el año 1669 siendo de tal manera que «El 8 de enero de dicho año, Domingo Simón, vecino de Ribota en el concejo de Sajambre, vende un censo a redimir a favor de la fábrica de la iglesia parroquial de San Juan de Amieva y del "santuario de la Virgen de Saúgo" por mitad, tanto a la una como al otro, por 20 ducados de principal y ll reales de renta anual pagados cada 8 de enero en casa del mayordomo de dicha fábrica.
Los 20 ducados fueron entregados por quien era el mayordomo de San Juan de Amieva y de dicho santuario en aquel tiempo, Melchor García, con las condiciones e hipotecas acostumbradas, que fueron varios prados y una casa de invernal en Los Ceñales cubierta de paja Como era lo más habitual, casi un siglo después, este censo todavía no había sido redimido y formaba parte de los 120 reales de vellón que la alberguería recibía anualmente en concepto de réditos por varios censos que poseía a su favor" .[6]
Cueva donsd hoy se haya una imagen estuvo en la capilla (foto cedida por Ricardo Miyar)
De buena parte de todo ello, dio cuenta Martínez
Marina en el año 1800, que decía que había dos casas contiguas y cada una de
ellas dedicada a una misión una era la capilla y la otra detentaba la
alberguería para todo transeúnte, y cuya misión del hospitalero, puesto por la
junta vecinal «era recibir a los viajeros, pagando lo estipulado, hacerles
caldo, y entrada la noche tocar la campaña de la capilla para que los viajeros
en las oscuridades pudieran evitar los extravíos y atinar con la casa».
Más o menos, eso es lo que vienen a decir las
estipulaciones del Ayuntamiento de Amieva, lo cual repite el libro del Catastro de
la Ensenada «Que la Casa de Alverguería de Nuestra Sra. de Sabugo, enta que
seda a todo Pasajero Cubierto y lumbre sin intereses y Yerba por su justo
precio para sus caballerías…» lo que vuelve a confirmar Madoz y Bellmunt y
Canella, pero este último, ya repite lo escrito sin que él lo viera, y con la duda de que lo
visto correspondiera con la realidad.
Sillar que perteneció a la capilla de Sabugo (foto Ricardo Miyar) |
Además vuelve a repetirse lo mismo que sucedió en la Sierra de Hospitales (Camino Primitivo), donde a partir del siglo XIV se dio ellevantamiento de ciertos hospitales o alberguerías, y estoy convencido que los tenentes o administradores de tales equipamientos, vecinos y ganaderos de la zona, estaban más que interesados en gestionar dichos equipamientos, no tanto por lo que pudieran ganar con la gerencia del alojamiento, que era exiguo, o por la ayuda que pudieran prestar, que también, sino porque la gestión de tales propiedades comunales significaba aumentar sus pastos y numeros de animales, ya que estas fundaciones hospitalarias contaban con importante posesiones.
En el caso de Sabugo, nos dice Guillermo Mañana que consultando las
propiedades de la alberguería estas ocupaban en el expediente desde la página 99
hasta la 156 en el libro Copia de Libro primero de Eclesiásticos del Concejo
de Amieva.
Lo que no conocemos, son los informes de los curatos
de la zona( Amieva o Sajambre) sobre la gestión del estos establecimientos, en cambio, en
Hospitales (Camino Primitivo) se conoce por dichos informes el continuo
malestar por la gestión y abandono que el administrador tenía comprometido con
relación a la alberguería, de lo que se deduce que estos gestores -ganaderos de
la zona estaban más ocupados en hacerse con más pastos y tener aseguradas sus
cabañas a costa de las propiedades de la alberguería que andar haciendo caldos a
los viajeros, a pesar de las duras inclemencias que pudieran darse en esas
latitudes tan agrestes.
Tal ermita se
documenta en una venta de dicho local, en el años de 1642 ya que el Arcediano de Villaviciosa había ordenado construir un albergue y una capilla bajo advocación mariana, las cuales se
tiene conocimiento que se mantuvieron activos hasta el siglo XVIII, y que hoy
están en ruina total.
Por tanto, el Camino Real del Sella, sí que daba ciertos servicios y guiños a los romeros, los cuales no se tienen sabido ni quienes eran?, ni cuántos podían estar utilizando dichos servicios? , a pesar del gran tránsito que por dicho camino había. Aunque la traza desde Riaño hasta Ribadesella siempre era un buen revulsivo para que alguien con el bordón en la mano se echase a los caminos y más sabiendo que había tanta compañía y tan experta como la que transita por estos lares con sus caballerías.
Víctor Guerra
[1] https://www.unioviedo.es/jovellanos/index.php/publicaciones/dos-informes-al-senor-superintendente-general-de-caminos-el-uno-sobre-la-carretera-principal-y-el-otro-so/
[2] https://lacasadelabolera.blogspot.com/search?q=San+Roque
[3] https://lacasadelabolera.blogspot.com/search?q=San+Roque
[4] https://es.wikipedia.org/wiki/Juli%C3%A1n_el_Hospitalario
[5] https://xacopedia.com/Juli%C3%A1n_el_Hospitalario_San
[6] Op. Cit. La Senda del Arcediano y el Camino… Pág. 104.
[7] Ballesteros, Francisco. Amieva y Ponga… Pág. 374
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