EL CAMINO REAL DEL SELLA: La FRANCESADA, CARLISTAS, VIAJEROS y PEREGRINOS

 


LA SENDA DEL ARCEDIANO COMO ESCENARIO PREDILECTO

Está claro que un trazado como el Camino Real del Sella, o como quiere se le llame, aunque entre el común. perdura lo de la Senda del Arcediano,  tiene una carestía de noticias a lo largo de la historia,  ya que tan solo se cuenta con algunas informaciones fidedignas desde que se conoce la fundación de la alberguería de Pontumio, y luego mucho silencio  a lo largo siglos, solo roto  durante otros dos siglos XVIi y XVIII debido a la acción de los notarios de Oseja, que son los que nos ponen al tanto de muchas cosas que incluso podemos trasladar a siglo anteriores,

Todo ello quedó reflejado en las notas y protocolos dejadas por estos escribanos y cuya documentación ha recuperados para la historia de este interesante trazado la profesora Elena E. Rodriguez.

Ese contingente documental nos dice mucho de aquello que aquello que nos sabemos y de aquello que sucedió durante un intenso período como el ya citados. Aprovechando pues el venero notarial sajambrino, hago con este pots repaso de las notas a cerca de esos otros usuarios  que trabsitaron por la Senda o Camino Real, como pudieran ser los viajeros, los soldados, los peregrinos, los que se tenían que ganar el pan con las arrierías y los trajines.

Expone  la profesora Elena E. Rodríguez, acerca de esta cuestión que «Muchos cruzaban Sajambre por el camino real y que entre los viajeros y transeúntes algunos hicieron parada en Soto o en Oseja, algunos para descansar o refrescar las caballerías, otros para comerciar, y otros para morir, como Juan García de Llanes en 1660; o incluso para dejar testimonio como Diego Díaz, vecino del Rioseco (Llanes), que mientras estaba de paso por Soto actuó como testigo en un documento de 1665.

Al igual pasó con Pedro Ruiz Colsa, vecino de la villa de Llanes en 1662 y que a Pedro Bustillo, del mismo lugar en 1668. Los viajes compartidos sirvieron en más de una ocasión para que los llaniscos tuviesen que declarar al ser llamados como testigos en pleitos y querellas interpuestas contra sajambriegos.

Al hecho de que hubiera lugar a un intenso  tráfico a lo largo del camino real, la documentación nos permite entre otras cosas, saber lo que costaba alquilar un rocín para cubrir la distancia entre Llanes y Soto, y las fluctuaciones de precios que sufrió el servicio entre el siglo XVII y el siglo XVIII (entre  15 y 19,5 reales ).

Tomás López de Vargas

Pero al margen de estos tránsitos ya conocidos y muy comunes en el deveir del Camino Real del Sella , tenemos una serie, diríamos, de Viajeros Ilustrados, uno de ellos debió ser el propio Tomás López  de Vargas el cual realizó el Mapa del Principado de Asturias, comprendiendo todos sus Conejos, Cotos y Jurisdicciones (1777) 

Él mismo nos confirma el intenso paso que había a través del Puerto de Pontón, tanto de arrieros como de  trajineros, lo cual viene confirmado cuando ya antes, en algunos documentos, como la Guia de Caminos del Escribano de 1760, lo que remacha  con la publicación de la Guia de Comerciantes de 1800, donde habla de la gran cantidad de arrieros astures (llaniscos, cabraliegos y cangueses) que se hospedaban bien en el Mesón de la Cruz, o en el Mesón de la Madera, situados en la plaza de La Cebada de Madrid. Una pena que no tengamos sus nombres.


En esa nómina de viajeros, podemos contar con la presencia del mismísimo Jovellanos, presnte en la zona para tomar apuntes, con motivo de querer elevar (1783) el informe sobre una carretera que uniese Asturias y Castilla, desaconsejando el paso por Beza que tantos afanes le dio al Arcediano de Villaviciosa. Es de suponer que ilustrado gijonés habría recorrido estos predios,  a cuya  defensa de la caretera por Beza corría  a cargo de Juan Antonio Monasterio.[1]

Como inusitados viajeros tenemos por la zona a las tropas de la más variada gama y ralea, desde los Franceses que penetran en la zona entre 1810 -1811 al mando de general  Michel Ney, notable militar y masón iniciado en 1801 en la logia Saint Jean de Jérusalem de Nancy, y miembro de la logia militar "La Candeur", del 6º Corps de la Grande-Armée, auqnue creo que falta alguna documentación al respecto para cimentar ese hecho.

Sí que tenemos documentado que el General francés Bonet invadió Asturias entrando por el Puerto de Pontón a Sajambre,  a la región  astur por el Puerto de Beza llegando  de este modo a Cangas de Onís,  donde puso pie en puerta en el monasterio de Villanueva, hoy Parador Nacional,

En ese interín también estuvo en la zona el General Ballestero, que pasó por dicho eje camimero, con  sus 10000 hombres con la ayuda de los mostayeros (naturales de Amieva) camino de Castilla, pero eaunque s ele asigna como zona de paso  la Senda del Arcediano, parece  ser que este  lo hizo por el Puerto de Ventaniella., más factible para tanta tropa y pertrechos.

Eso dicen o se comenta, auqnue queda por demostrar algunas cuestiones documentalmnete.


La senda fue a su vez , escenario del paso de la carlistada al mando del brigadier Manuel Sanz y Pecharromán en 1836, decír que hasta en estos predios han situado a Espartero persiguiendo las facciones de Miguel Gómez, después de la batalla de Escaro. 

Habrá ,con tiempo y una caña, manera de confirmar estas estancias, y pasos aunque sabemos que por Cangas anduvieron las partidas de Arroyo (1834), Gómez (1836) y Sanz (1837). También durante la segunda guerra carlista fue ocupada de nuevo la capital del concejo por las partidas de Faes y Valdés.

Otros notables viajeros, ya viejos conocidos los cuales tenían como centro de operaciones los Picos de Europa, fueron Guillermo Schulz que hace una descripción de la zona en su Descripción Geológica de la provincia de Oviedo.(1858) el cual describía la cuestión así: «el río Sella que viene de Sajambre corriendo por las gargantas tan angostas y riscosas que han sido siempre intratables , aun para los pastores» 

Otro de los pateo la zona fue el espía francés Jean Marie Hipolyte Aymar d'Arlot, conde de Saint-Saud que recorrió la zona, en concreto hlo hizo mediante el trazado de la hoy N- 625, en aquellos tiempos aún sin terminar, o sea que lo hizo a modo de primer viajero y que anotaba eso de «nii las cabras podían cruzar el desfiladero» de Los Beyos.

¿QUÉ PASA CON LOS PEREGRINOS…EN TIERRAS DE SANTOS Y SANTAS?


¡Ah los peregrinos! 

Estos aparecen y desaparecen de nuestro radar a la mínima, ya con el fenómeno jacobeo lanzado, podemos decir que los tenemos pululando por los caminos del Sur de la Cordillera Cantábrica, bien por el trazado que hoy se conoce como Camino Olvidado, o tomando derivaciones desde el Camino Francés hacia la rasa costera norteña, detrás de las más variados objetivos, la Cova Domina puede ser uno de ellos, así como todo el entorno pelaginao y covadongino, y para ello pues una forma de entra muy directa era hacerlo por la Senda del Arcediano que les colocaba en el triángulo del Oriente de Asturias.

Lo cual les deja ante inputs místicos religiosos de cierta importancia; monasterios como San Pedro de Villanueva, Santa María de Tinamayor, San Salvador de Celorio, San Antolín de Bedón, etc.. y como no, la presencia innata de la Cueva de Covadonga, Cangas de Onís como primera capital visigoda, e incluso la iglesia de Abamia y el eremitorio -dolmen de Santa Cruz, todo ello debió genera su punto de atracción, pero no sé hasta qué punto todo eso se conocía, y estaba en el seno del espíritu para crear una cierta peregrinatio hacia esos entornos. tan significativos, tan místicos como desconocidos.

Hay que tener en cuenta que hasta  la famosa Cueva Dómina, estuvo abandonada desde el mandato de Pelayo y aunque existía el monasterio benedictino  de Santa María (740) luego lo ocuparon los Canónigos Regulares  de San Agustín,  y ya en el 1635  Felipe IV crea un  un Cabildo de Canónigos secularespero este ya en siglo  siglo XIV estaba en total decadencia, puesla cúpula jeraquica  del enclave religioso de primera magnitud , como es hoy Covadonga, residía de forma permanente  en el pueblo de  La Riera,  y solian subir a Covadonga tan solo a realizar las misas. 

De hecho se puede decir que en Covadonga se deja notar la presencia de peregrinos a partir de 1534, a parir del momento que el Papa Benedicto XV  en 1918 otorgó el jubileo pleno a los peregrinos que lo visitasen.  Esto  nos puede dar idea sobr el paso de peregrinos por estos lares. Digamos que más bien escasos?

Y aunque se supieran todas esas cosas para visitar y venerar, digamos que el Camino del Sella, no era una ruta fácil para peregrinajes, pues contaba con tramos de cierta longitud sin población alguna, había de por medio pasos angostos, eso sí parece que muy transitados, pero que debían dar un poco de miedo a la hora de emprender su travesía, aunque se puede aventurar que algún  romero  que otro atravesó estas feraces tierras en pos de su utópica búsqueda espiritual.

En todo caso, Sajambre cuenta con dos inputs de matizado carácter peregrino como son por un lado las  dos alberguerías que se constituyeron en la zona, una de la que ya hemos hablado, la alberguería de Pontón, y luego estaría la alberguería y ermita de Sabugu, sin olvidar las ermitas dedicadas a santos peregrinos y hospitaleros como San Roque y San Julián el Hospitalario.

SAN ROQUE, PEREGRINO Y SANTO PATRÓN


Según se llega a Oseja, el camino continua hacia el pueblo de Soto de Sajambre, y en ese tránsito, ya casi fuera del pueblo se encuentra la ermita dedicada un santo peregrino de origen occitano que en su día peregrinó a Roma: San Roque, que fue canonizado como santo en 1584, y en este caso su figura es patrón de Oseja, cuya festividad se celebra el 16 de agosto.

Sigo pues, los trabajos de Elena E, Rodríguez, que resumo y aderezo para compresión de lo que significó la famosa Senda del Arcediano, en Sajambre y su peso como Camino Real de Amieva o del Sella en el Norte de España. El trabajo se titula: Más datos sobre la Ermita de San Roque. Oseja de Sajambre siglo XVI [2]

Nos dice  la citada profesora que se desconoce fecha de fundación de la ermita y de cómo fue el proceso de la advocación, aunque hay datos de su existencia ya en 1598 y 1600, o sea fechas muy cercanas a su canonización.

Los datos que nos aporta la profesora, se componen de unos apuntes contables de la Casa Piñán, que vienen a demostrar que el santo de Montpellier, fue motivo de culto dada la peste, la cual estaba azotando a Sajambre, de tal manera que se había llevado por delante, tanto a gentes nobles como gentes del común, aunque, el levantamiento de la ermita dadas las fechas de propagación del culto al santo por Europa se sitúa entre a mediados del siglo XIV, y en el Norte de España se documenta sobre el siglo XVI.

Digamos que algunos de estos levantamientos estaban relacionados con las pandemias,  en concreto todo el Norte se vio afectado por la dichosa peste bubónica o de Landres o de Londres, que en concreto afectó gravemente a estas áreas montañosas.

En todo caso, Asturias se vío afectada por varias epidemias que van a persistir por un tiempo en toda la región: la peste (1348 y 1665), la lepra o pelagra, y la escrófula (la tuberculosis) y el ergotismo (fuego de San Antón).


Pero en Asturias hubo más casos de epidemias ,como la de 1503 que afectó tambien a diversos concejos de Occidente asturiano, y que rebrotó en el 1530 y las cuales estuvieron presentes  hasta 1600, y que se cebó con la presencia de la Parca en todos los pueblos del Camino Real del Sella

Si no dejó despoblada la zona,  fue debido a la llegada del maíz a la región, lo que de algún modo palió los déficits alimenticios que pesaban sobre  la región y en concreto en las zonas de montaña, dado que el precio del pan subía, y  desde los pósitos se servía a las panaderas municipales, y este había subido el 50% en tres meses y medio, y no se pudo traer mucho más trigo de Tierra de Campos debido a su alto precio, de ahí la subida en el mercado del pan de escanda, aun precio de 28 reales por fanega.

La propagación en estos casos de epidemíí, sacó pronto los santos a la calle para rogar su intercesión en una población muy sugestionada porr las hambrunas, la peste y por la religión, mediante el martillo pilón de la condenación del alma, tal es así, que ante la crisis pestilente de 1600 se pidió al Cabildo Catedralicio sacase en procesión por Oviedo a la santa patrona, o sea a Santa Eulalia.

Entre las advocaciones dedicadas a San Roque en España, un santo anti pestífero, tal vez la más importante sea la de Santiago de Compostela. Entre las astures encontramos a San Roque en Llanes, que data de al menos de 1571, que se celebra con los “siemprevivas” al santo ¡Viva a San Roque y el perru¡, sin dejar de mencionar que en Llanes se conserva, al menos eso se dice, una reliquia, o sea una tibia certificada por la Vaticano como auténtica.

 Luego está el jacobeo San Roque de Tineo, que se cree que  es la advocación más antigua pues la data de su ermita nos lleva al siglo XII, aunque es un templo remozado y reubicado su advocación, y que se cree que la imagen fue traída por unos peregrinos franceses.


En  otros lugares del territorio astur, dicho anto ha tenido gran profusión: Castropol y en Lastres y  Oviñana con su advocación y veneración, por parte de las cofradías marineras, y así se van repartiendo las advocaciones por toda Asturias: Gijón, Noreña, Panes, en Beloncio, Borines.  etc...

De hecho, se puede decir que esta llegada de San Roque al espacio asturiano viene de la mano de los caminantes, viajeros y peregrinos que recorrieron tales sendas peregrinas, y por tanto, es un santo carismático entre los peregrinos y entre la población  por su labor hacia los pobres, con sus curaciones y como no, algo muy importante en la época, su presencia en la intercesión por aquello de la salvación del alma, de ahí que durante su festividad sea costumbre encender velas para ayudar en su camino a las almas en pena. 

Ciertamente este peregrinaje post-morten, era una manifestación de la religiosidad popular muy arraigada en nuestra región. Este es pues,  uno de los tres santos peregrinos que se les suele representar mediante un bubón pestilente, que se coloca en el muslo.

 Aunque según sus hagiógrafos, dicha herida estaba situado en la ingle, pero por  aquello de la decencia se le representaba en el centro de uno de sus muslos. 

En segundo lugar,  hay otra figura como es el perro que lo acompaña (Melampo) que en ocasiones se le representa con una hogaza de pan en la boca. Tambien en otras ocasiones aparece lamiendo la úlcera de san Roque, a modo de la contaminación del pobre Lázaro el de la parábola de los Evangelios.

El atuendo con el cual se suele representar al santo occitano, es el de peregrino que se conoce como sarrochino, este se componía de una túnica, capa, esclavina, bordón, cantimplora y zurrón. La presencia de la vieira jacobea, aunque primariamente se trataba de una cruz con espada las llaves de san Pedro, el emblema papal que muchos de los peregrinos a Roma portaban.

Volvemos pues, al relato de Elena E. Rodríguez a cerca de la ermita de San Roque en Oseja,  esta  maneja dos hipótesis sobre tal advocación y levantamiento de la ermita «1ª) Que la ermita de San Roque de Oseja se construyera antes de 1596 (durante la peste de 1582-1583 o de alguna epidemia previa). 2ª) Que se hiciera en los primeros momentos de la peste atlántica (1596-1597).»[3]


La importancia fue clara, al menos para el avispado Pedro Diaz de Oseja, que luego sería nombrado Arcediano, pues ya desde Roma, siendo aún lectoral, escribe a Domingo Piñán de Cueto Luengo en 1622, y le «anuncia un jubileo para el señor San Roque,» el cual será el detonante de las misas que luego se hicieron hasta el siglo XIX a San Roque por parte de los vecinos de Oseja, y cuya advocación se extendió a la iglesia parroquial.

La ermita tuvo una importante reforma en 1703, la cual  estuvo a cargo de canteros llaniscos, que estuvieron trabajando a su vez en la reconstrucción de otra ermita, pero con una advocación muy antigua, como es San Pelayo de Pío.

La fisonomía de la capilla la recoge Elena E. Rodríguez de esta manera, "se trata de una construcción pequeña compuesta de una sola nave, con una puerta en arco de medio punto y pórtico cubierto, sustentado por estrechos pilares de madera a uso de la tierra. La gran puerta en arco encaja en la cronología de 1703, pero no estaría presente en la iglesia del siglo XVI con seguridad. La cubrición a tres aguas del atrio podría ser una de las mejoras del año 1703, y cuya imagen dista poco de la que pueden ver hoy los viajeros y senderistas o peregrinos".

Desde luego, San Roque no deja de ser un guiño para los romeros que se pudieran dirigir hacia  a San Salvador o  hacia Covadonga.


SAN JULIÁN HOSPITALERO DE SOTO DE SAJAMBRE.

Otro guiño peregrino, en la zona,  fue la existencia ya camino del Puerto de Beza del templo de San Julián de Soto de Sajambre, que se documenta durante el siglo XVII, y que se le da como emplazado en el lugar de El Piquero.

Lugar en el cual se denota por las ruinas que aún quedan, y por los documentos que ha rescatado Elena E, Rodríguez, pertenecientes a la Casa Piñán, aunque lamentablemente tal edifico ha desaparecido, ya en 1925 aún quedaba en pie el ara del altar , que fue como otras tantas veces reutilizada en otra construcción del lugar. 

Moisés Díaz-Caneja Piñán, escribió: “hasta hace poco (1925) existió el caserón de la ermita dedicada a San Julián, cuya fiesta se celebraba en Soto el 7 de enero, en el cual se conservan las piedras del altar, las cuales se quitaron para hacer la casa-cuadra antes mencionada, o sea, que está a orillas del camino” (en Apuntes descriptivos y reseña histórica de Soto de Sajambre, manuscrito inédito».

Las dudas son muchas y variadas, el año de fundación del templo se ignora, y parece haber cierta incapacidad para definir cuál es la advocación a la que se refiere el patronímico de San Julián. Parece que podría ser la del Hospitalero dado que en Soto se celebraba la fiesta el 7 de enero.

Cierto, es que se dice y se escribe por parte de las instituciones sajambrinas, que en El Piqueo estuvo el antiguo pueblo de Soto dado los vestigios arqueológicos castreños, aunque la arqueología sólo ha desenterrado, por el momento, los monumentos funerarios megalíticos de Vegabaño.

La autora del artículo expone que «San Julián el Hospitalero o Hospitalario está considerado protector de los caminantes y patrono de los barqueros y posaderos por haberse dedicado a servir a los viajeros, ayudándoles a cruzar un río, y amparándoles y atendiéndoles en una hospedería que llevaba junto a su mujer ».

Remacha el historiador Santos Yanguas, que este santo no solo era protector de los caminantes, al igual que San Cristóbal o San Roque, los cuales se asimilaron al antiguo culto romano a los viales y a un sinfín de divinidades paganas relacionadas con los caminos.

Nos dice la Wikipedia acerca de San Julián el Hospitalero. que "es el personaje -presentado como santo- de una leyenda medieval, transmitida por Santiago de Vorágine, en su Leyenda áurea, escrita hacia 1262, y desde ese momento ampliamente difundida por Europa. La leyenda relata la tragedia que lleva a Julián a matar a sus padres, creyendo vengar el adulterio de su esposa, y la vida de penitencia a la que se somete para obtener el perdón de Dios, que le comunica un ángel. 

La leyenda áurea no proporciona ningún dato cronológico, e incluye este relato, tras dar noticia de otros tres personajes con el mismo nombre y considerados santos. A lo largo de la Edad Media el personaje legendario se hizo coincidir con algunos santos de los que si hay algunas noticias históricas; y esta confusión puede estar en la base del título dado a algunas iglesias. [4]


Manuel Rodríguez en la Xacopedia expone lo siguiente «Denise Péricard-Mèa y Louis Mollaret recuerdan que, en la Légende de Saint Julien, obra de un poeta anónimo francés escrita hacia 1260, Julián aparece como peregrino a Santiago y a otros santos lugares tras escapar de su casa en Angers, intentando evitar la terrible predicción recibida. 

Tras un largo e intenso periplo, en el que llega a Santiago, pasa por Roma y lucha contra los turcos, entre otros sucesos, adquiere fama y fortuna, se casa y se instala en un castillo al que un día llegan una pareja de peregrinos que se dirigen a Compostela. Estos descubren que el señor del castillo es su hijo y se presentan a su esposa como tales, invitándolos la mujer a que descansen en su habitación hasta la llegada de Julián, que está ausente. Lo que sucede a continuación es ya conocido.

Tras consumarse la tragedia, Julián y su esposa parten como peregrinos a Roma, donde reciben la absolución papal a cambio de establecer un albergue en un lugar en el que este fuese especialmente necesario por la peligrosidad y las dificultades de la zona para peregrinos y viajeros. En la ciudad de Le Mans -señalan los mismos autores- se llegó a identificar la figura de San Julián hasta tal punto con la de Santiago, que ambas festividades se celebraban el 25 de julio. A esta relación ayudó el hecho de que Le Mans y otras poblaciones francesas vinculadas a la leyenda de este santo se encontrasen en rutas jacobeas galas a Compostela». [5]

En Asturias el culto a San Julián es muy antiguo y arraigado, puesto que se haya acreditado al menos desde el siglo VIII, cuya figura empieza a ser patrocinada por la monarquía asturiana.,y de su presencia en el ámbito popular nos ha dejado este refrán: El que toles fiestes quiera andar, per San Xulián tien qu'empezar [El que todas las fiestas quieran vivir, debe empezar por san Julián].


Las celebraciones locales de esta fiesta son, por definición de las primeras del año; y en Asturias sin mucha búsqueda hallamos tal advocación en San Julián de Bimenes, en Nava, en Oviedo, en Oscos, en El Franco, Aller, Llanes, Box en Tudela Veguín, en Viñón (Cabranes), Illas, en Cazanes (Villaviciosa) en Cangas del Narcea, en Somió y en Roces (Gijón).

LA ERMITA Y ALBERGUERÍA DEL SABUGU


Vayamos por partes, apenas si quedan restos de esa fundación, es más fuerte la impronta oral que se desparrama por todo el contorno de la Senda del Arcediano, que no en Camino Real del Sella.

Una ermita y una alberguería, sitas en la majada de Sabugo, también citada como Sahugo o Saúgu, y dicho hecho está documentada en el año 1669 siendo de tal manera que «El 8 de enero de dicho año, Domingo Simón, vecino de Ribota en el concejo de Sajambre, vende un censo a redimir a favor de la fábrica de la iglesia parroquial de San Juan de Amieva y del "santuario de la Virgen de Saúgo" por mitad, tanto a la una como al otro, por 20 ducados de principal y ll reales de renta anual pagados cada 8 de enero en casa del mayordomo de dicha fábrica. 

Los 20 ducados fueron entregados por quien era el mayordomo de San Juan de Amieva y de dicho santuario en aquel tiempo, Melchor García, con las condiciones e hipotecas acostumbradas, que fueron varios prados y una casa de invernal en Los Ceñales cubierta de paja Como era lo más habitual, casi un siglo después, este censo todavía no había sido redimido y formaba parte de los 120 reales de vellón que la alberguería recibía anualmente en concepto de réditos por varios censos que poseía a su favor" .[6]


Cueva donsd hoy se haya una imagen estuvo en la capilla (foto cedida por Ricardo Miyar)

De buena parte de todo ello, dio cuenta Martínez Marina en el año 1800, que decía que había dos casas contiguas y cada una de ellas dedicada a una misión una era la capilla y la otra detentaba la alberguería para todo transeúnte, y cuya misión del hospitalero, puesto por la junta vecinal «era recibir a los viajeros, pagando lo estipulado, hacerles caldo, y entrada la noche tocar la campaña de la capilla para que los viajeros en las oscuridades pudieran evitar los extravíos y atinar con la casa».

Más o menos, eso es lo que vienen a decir las estipulaciones del Ayuntamiento de Amieva, lo cual repite el libro del Catastro de la Ensenada «Que la Casa de Alverguería de Nuestra Sra. de Sabugo, enta que seda a todo Pasajero Cubierto y lumbre sin intereses y Yerba por su justo precio para sus caballerías…» lo que vuelve a confirmar Madoz y Bellmunt y Canella, pero este último, ya repite lo escrito sin que él lo viera, y con la duda de que lo visto correspondiera con la realidad.

Sillar que perteneció a la capilla  de Sabugo (foto Ricardo Miyar)

Es cierto que tal institución era necesaria dada la alta presencia de arrieros y viajeros de toda condición, ya no solo en los períodos que recogen los escribanos de Casa Piñán, sino que vemos que había más tráficos  fuera de esas epocas, pues debemos pensar que en Amieva había un censo de 304 vecinos dedicados a sus menesteres, y  varios de los cuales eran arrieros o trajineros, tanto es así que 33 de ellos administraban 83 caballerías, y el resto, recogidos todos ellos como vecinos, otros ciento cuarenta y siete vecinos tenían entre todos nada menos que ciento setenta caballerías, y no hya que olvidar que la arriería era un negocio próspero, tal y  como lo testifican las llamadas Verificaciones, que les asignan la ganancia de unos 9.400 maravedíes anuales.

Además vuelve a repetirse lo mismo que sucedió en la Sierra de Hospitales (Camino Primitivo), donde a partir del siglo XIV  se dio ellevantamiento  de  ciertos hospitales o alberguerías, y estoy convencido que los tenentes o administradores de tales equipamientos, vecinos y ganaderos de la zona, estaban más que interesados en gestionar dichos equipamientos, no tanto por lo que pudieran ganar con la gerencia del alojamiento, que era exiguo, o por la ayuda que pudieran prestar, que también,  sino porque la gestión de tales propiedades comunales significaba aumentar sus pastos y numeros de animales, ya que estas fundaciones hospitalarias contaban con importante posesiones.

En el caso de Sabugo, nos dice Guillermo Mañana que consultando las propiedades de la alberguería estas ocupaban en el expediente desde la página 99 hasta la 156 en el libro Copia de Libro primero de Eclesiásticos del Concejo de Amieva.


Téngase en cuenta que estos eremitorios y alojamientos benéficos estaban en parte soportados por sus propiedades, sabemos y así nos lo comunica Francisco Ballesteros en su libro: Amieva y Ponga. Historia y Caminos Antiguos, que «la renta y hacienda que tiene y de la que se mantiene es la siguiente: cuatro casas y una cuarta parte de otra arruinada en el sitio de Valle, y junto a la casa de la alberguería otros veinte días de bueyes de prado secano de ínfima calidad, y ciento veinte reales de vellón que percibe anualmente de réditos por cuatro mil doscientos noventa y dos reales del principal de censos, y haber dado en aparcería al casero de dos bueyes, dieciséis vacas, quince novillos y novíllas, seis terneros, cuatro añojo, quince cabras, doce cabritos y un macho cabrío, y uno y otros a mitad de ganancia y tercera parte sobre que también se refiere dicha relación».[7]

Lo que no conocemos, son los informes de los curatos de la zona( Amieva o Sajambre)  sobre la gestión del estos establecimientos, en cambio, en Hospitales (Camino Primitivo) se conoce por dichos informes el continuo malestar por la gestión y abandono que el administrador tenía comprometido con relación a la alberguería, de lo que se deduce que estos gestores -ganaderos de la zona estaban más ocupados en hacerse con más pastos y tener aseguradas sus cabañas a costa de las propiedades de la alberguería que andar haciendo caldos a los viajeros, a pesar de las duras inclemencias que pudieran darse en esas latitudes tan agrestes.


Por ejemplo en Sabugo se recoge en 1713 la muerte del sajambrino Domingo Amigo que fue llevado precisamente a la alberguería para morir debido a la gran nevada.
Unos años antes, en 1642 la administradora de la alberguería, una mujer Lucrecia González del Corral, vecina de Amieva , y residente en la alberguería de Sabugo hizo testamento ante cura de Oseja, un tal  Piñán del Cueto Luengo, "estando ya muy enferma y sano de juicio y entendimiento, y sabiendo lo que sufren los condenados al infierno, y deseando gozar de Dios y vivir con los justos… siendo católica cristiana…y deja mandadas una serie de cuestiones relacionadas con ese miedo de ir al infierno, por tanto,  se mandan ruegos y misas diversas para la salvación de su alma".

Tal ermita se documenta en una venta de dicho local, en el años de 1642 ya que el Arcediano de Villaviciosa había ordenado construir un albergue y una capilla bajo advocación mariana, las cuales se tiene conocimiento que se mantuvieron activos hasta el siglo XVIII, y que hoy están en ruina total.

Por tanto, el Camino Real del Sella, sí que daba ciertos servicios y guiños a los romeros, los cuales no se tienen sabido ni quienes eran?, ni cuántos podían estar utilizando dichos servicios? , a pesar del gran tránsito que por dicho camino había. Aunque la traza desde Riaño hasta Ribadesella siempre era un buen revulsivo para que alguien con el bordón en la mano se echase a los caminos y más sabiendo que había  tanta compañía y tan experta como la que transita por estos lares con sus caballerías.

Víctor Guerra

RPA  UN BUEN DIA PARA VIAJAR

[1] https://www.unioviedo.es/jovellanos/index.php/publicaciones/dos-informes-al-senor-superintendente-general-de-caminos-el-uno-sobre-la-carretera-principal-y-el-otro-so/

[2] https://lacasadelabolera.blogspot.com/search?q=San+Roque

[3] https://lacasadelabolera.blogspot.com/search?q=San+Roque

[4] https://es.wikipedia.org/wiki/Juli%C3%A1n_el_Hospitalario

[5] https://xacopedia.com/Juli%C3%A1n_el_Hospitalario_San

[6] Op. Cit. La Senda del Arcediano y el Camino… Pág. 104.

[7] Ballesteros, Francisco. Amieva y Ponga… Pág. 374

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