EL CAMINO HISTÓRICO DEL PUERTO VENTANA POR ACIERA y TENEBREDO
EL
CAMINO HISTÓRICO DE VENTANA POR LA COLLADA DE ACIERA
Lo cierto es que tras siglos, el debate sigue vivo en relación con
la cuestión de sí el Camino Real iba por Arrojo o por la collada de Aciera, dicho Camino de Castilla tenía como misión llegar a Oviedo, aunque lo cierto es que Pedro Pisa y José Ramón de
Luarca han definido desde un principio que el Camino de la Merced y de las Andruxas
como una Variante, y que se conoce tambien como Camino Real ALto, y luego está el llamado Camin Real bajo que arranca pendiente arriba
desde el pueblo de Las Agüeras para subir a la collada de Aciera, o se otro
punto de partida desde Santo Adriano de
Tuñón se trataría del Trazado Histórico.
Es cierto que no todo es lo
que parece, pues es de suponer que dadas las vicisitudes en cuanto al tránsito
por los valles y sus consecuentes cauces fluviales, por puentes construidos de
aquella manera y con pendientes en ambos duras, no eran
precisamente las condiciones más favorables para una Camino directo a Oviedo,
aunque en 1789 Tomás López de Vargas ya indicaba que el paso por la villa de Proaza
hacia el Puerto Ventana era el único en
ese momento permitía el paso de carros: «es el Camino Real muy frecuentado para
Castilla por el Puerto de Ventana, y tan franco que los demás coches que pasan
de la Corte a Oviedo por dicho puerto y ese valle pasan».[1]
Esa es la realidad que nos pintaba Tomás López, lo cual viene complementado con las notas de D. Gaspar Melchor
de Jovellanos, el cual transitó la ruta en junio de 1792 , de cuyo periplo dejó
estas notas, el tribuno Jovellanos anduvo parece ser por un ramal secundario que
cruzaba el lugar de Perueño, del cual «indica que era un mal camino que no
reunía las características típicas de un Camino Real principal», y en eso
coincido con D. Jovino, pues la subida y bajada a la collada de Aciera, bien
desde Proaza o bien desde Valdemurio, nunca me ha parecido los recorridos más
idóneo, pero es verdad que quien mandaba en aquellos tiempos no era otro que el
Monasterio de Tuñón, siendo por tanto paso para hacer efectiva la pleitesía abacial que
se le debía como referentes político y religioso de la zona.
En ese sentido el Camino Real de Ventana no se puede entender si
la presencia del monasterio de Santo Adriano de Tuñón y la constitución de
núcleos familiares de rancio abolengos en la zona como los Quirós, Terrero u
otros, cuyas relaciones con los
territorios serán fruto de una peculiar relación, territorial al ser parte del
poder religioso del Abad de Tuñón, y luego convertidos en territorios de Realengo
con todo lo que ello supuso.
Pero dejemos que sea Pedro Pisa nos ilustre en el desarrollo de
este viejo itinerario proveniente de la meseta leonesa, el cual cruza Omaña y
Babia y se planta en estas tierras astures a través del Camino Real de Ventana,
por cuyo trazado se articuló un abigarrado tránsito de mercaderías y de mercaderes,
y como no, de peregrinajes, pues sí bien con respecto al Camino de Bermiego por
los puertos de la Merced no aparece ninguna mención especial a cerca de
posibles presencias peregrinas, salvo las ya mencionadas, es verdad que al
continuar desde Arrojo hacia Santo
Adriano de Tuñón, queda claro que dicho trayecto tenía una misión que la donación regia ordenaba; que tales
predios se dedicasen a la «atención de los peregrinos»... y para «sustento de
los pobres».
Aunque pudiera ser fácil la elección del camino ideal a la vista
de las pendientes y cumbrales como es el caso del ramal de Bermiego, es
evidente que los tiempos cambiaron y el que hubiera ya notables puentes sobre
el río Trubia pues varió la red caminera.
Ilustración 31 Rio Trubia y sus puentes
Algunos estudiosos como Patricia Argüelles nos dicen que al llegar
a al pueblo de Aciera ya se localizaban desde el Norte de La Muela, tres
posibles rutas, todas ellas descritas a su vez por Pedro Pisa Menéndez: una ruta
que iba por la derecha y conducía a la
aldea de Tene, la de la izquierda que iba y va por los núcleos de El Llano y
Perueño, y el ramal central que subía y sube a la collada de entroncando vertiente
abajo con el camino descrito que va hacia Proaza.
Hay que tener en cuenta que el Camino Real de Ventana desde Trobaniello
entraba por los valles quirosanos sin apenas desvíos, salvo el ramal de
Bermiego, que yo creo que fue anterior a la consolidación de puentes y vados,
hasta llegar a Las Agüeras, donde se producen las distintas variantes, sobrevenidas
en parte por aquello de «evitar los “escobios” de Las Carangas y
Peñasjuntas; o sea los desfiladeros, por cuyo motivo al bajar a lo fondero del
valle, en las Agüeras se veían forzados a tener que ascender al collado de Aciera (688m) y entrar
de este tal enclave al valle de Proaza.
Eso sí, después de cruzar unas cuantas veces el río Trubia, lo
cual debía ser dificultoso al menos hasta que se establecieron de forma
consolidad los puentes de piedra, como los de Zarameo, Prada, Villanueva y Tuñón,
lo cual acaeció sobre el siglo XVIII, los cuales permitieron un cierto tránsito,
aunque no el abandono del trazado desde el valle del Trubia hacia la aldea de Puerto
situada a la vera del río Nalón, para de este modo evitar las hoces situadas
entre Tuñón y San Andrés de Trubia, aunque los problemas con los cauces
fluviales no se terminarían, puesto que situados tanto los sufridos arrieros, los
fatigados peregrinos y viajeros, al llegar a la cuenca del Nalón tenían como
punto forzado de cruce entre las aldeas de Puerto y Caces, lugares donde se
situaban los pasos históricos sobre el Nalón, lo cual se hacía bien por los
vados en tiempos estivales o mediante barcas controlados dichos cruces por arte
del imponente Castillo de Prioro.
Continuación del Camino Real de Ventana, de Arrojo a Proaza.
A este respecto, el geógrafo Pedro Pisa nos aporta el itinerario
que debemos tener presente para el desarrollo de nuestro transitar por este
largo valle, en el cual en la entrega anterior la iglesia nos habíamos quedado
en Arrojo,
que ya he descrito, por tanto, en este punto nos dirigimos hacia la Senda del
Oso, que es el trazado lo más cómodo para alcanzar en primer lugar la aldea de Las
Agüeras, donde hubo en su día un venta.
Pero
antes podemos visitar la localidad de Casares
de Quirós, cuya localidad regenta la iglesia bajo la advocación de San Juan, la
cual viene citada en la famosa donación de Alfonso III y Doña Jimena del año
891, aunque del primitivo templo no queda nada, puesto que además ya fue
reedificada en el siglo XII, y se le conocen otras cuantas reedificaciones una
en 1749 otra en 1980, y una última en el
2002, pese a ello aún mantiene la
clásica estructura románica de nave única y ábside cuadrado con los socorridos
canecillos que aquí son lisos, nada
parece destacar de esta rural iglesia, puesto que tampoco es posible admirar el
interior.
Ilustración 33 Iglesia de Casares de Quirós
Lo
cierto es que el pueblo se haya un tanto desplazado de los ejes que conforman
la Senda y la carretera AS-229, puesto que antiguamente la estructura viaria no
tenía este aspecto por lo que esta permitía la directa comunicación entre la
iglesia de Arrojo con el pueblo de Casares de Quirós.
Una
vez visitado Casares, nuestro camino sigue por lo fondero del valle, o sea por
La Muela, pasando por el Molino del Rey hacia el enclave de Las Agüeras, donde
no solo hubo varios puentes sino también un par de ventas: la del Coto y la del
Cuerno.
Antes
de allegarnos al lugar de La Torre, nos topamos con la iglesia de San Vicente
de las Agüeras que es de estilo renacentista pues data del siglo XVI , en su
entorno se haya el Palacio de Pedrero o de Quirós que se data como del
siglo XVI, también hubo una fortaleza de control sobre el territorio en estas
redes de vigilancia establecidas por los diferentes poderes feudales, los
restos de tal fortaleza se hayan bajo las aguas del embalse de Valdemurio que
fue construido en 1967 para el aprovechamiento de sus aguas para los fines de eléctricos.
Ilustración 34 Embalse de Valdemurio
El
trazado para no echarse pendiente abajo,
dado el desnivel existente, prefirió buscar nuevas redes camineras
porque más abajo la orografía y los cauces no dejaban un paso cómodo para el
tránsito de acémilas y mercaderías, de hecho, cuando llegó el tren minero a la
zona se tuvieron que excavar unos cuantos túneles, por donde hoy se echa la
Senda del Oso.
Pero
en aquello primigenios tiempos el personal caminero al llegar a Las Agüeras se
echaba monte arriba para buscar la vertiente de Proaza y por la ya mencionada
collada de Aciera pasar al otro lado del valle, o sea a Proaza.
Ilustración 35San Vicente de las Agüeras
Desde el
lugar de La Torre se deja la AS-229 y la Senda del Oso para subir hacia los
pueblos de Villaverde y Aciera con la idea de ganar por La Borroná el Collado de Aciera (688 m).
Cierto
es que aquí, en Aciera surgen las variantes que planteaba Ana Patricia
Argüelles, aquella que va por La Corra hacia el pueblo de Tene, para ganar La Linariega y las brañas de
Linares y entroncar así con el Camino que viene de Bermiego por los entornos de
la Merced hacia Pandu la Mortera y caer por las Andruxas al eje de
Pedrovella-Peñerudes.
Nuestrocamino
sale de Aciera, no por el trazado que va recto hacia La Foxaca y La Tejera,
sino el que se desvía hacia la izquierda para ir por los barrios de El Llano y
de Pirueño o Perueño, que dada su vieja advocación emeritense es más que
posible que fuese el paso obligado hacia la citada collada.
Al
tomar este ramal al dejar atrás las casa del El Llano, nos damos de bruces con los restos de la
llamada «villa de Pironno con su eclesia de Sancte Eulalie», tal y como rezaba
en la famosa donación de Alfonso III, hoy de todo ello solo quedan restos medio
perdidos entre la maleza, digamos que el paso del tiempo ha provocado que sus
muros ya desprovistos de la cubierta hayan sido expoliados por los diferentes
elementos climatológicos y los clásicos del vandalismo y el abandono, amén de
que está claro hubo aprovechamientos de parte de la cantería de la fenecida
iglesia para otros usos.
Ilustración 36 Restos de la iglesia de Pirueño
Todo
este conjunto de desmanes, hizo que el templo acabara en ruina, y así ha
llegado a su estado actual, donde podemos observar que ha desaparecido el
imafronte, la espadaña y la techumbre y la sección superior de los muros, así
como gran parte de los habitáculos anexos; a buen seguro que algunas casas y
cuadras de Pirueño o Perueño, emplearon en su rehabilitación piedras
procedentes de la iglesia.
En el
tema de todas estas donaciones reales que vengo comentando según el historiador
Fernández Cond son falsificaciones, en el caso de Pirueño más, se trata de una
falsificación producida por el escritorio del obispo don Pelayo en el siglo XII
con la intención de acrecentar y consolidar las propiedades del cabildo
catedralicio ovetense.
«Lo
único que puede afirmarse con seguridad es que, en el momento de procederse a
esta interpolación de 891la iglesia de Pirueño ya existía, y que su fundación
sería por tanto anterior al siglo XII. En la documentación parroquial, esta
primitiva denominación de Santa Eulalia de Pirueño se alternó desde el siglo
XVII con la de Santa Eulalia de Aciera, en referencia al núcleo de
población más importante de la parroquia, creándose cierta confusión que fue
zanjada con gran diligencia por uno de sus párrocos haciendo constar Santa
Eulalia de Pirueño alias Aciera (1727). Finalmente, a comienzos del siglo
XIX se adoptó el topónimo de Pirueño para identificar esta iglesia».
Ilustración 37 Restos iglesia de Pirueño
Junto
a la iglesia de Santa Eulalia de Pirueño se localiza también un tejo de unos
dos metros de perímetro troncal que se haya en medio de un corro de piedra. A
juzgar por la envergadura de su tronco, este tejo fue plantado en fechas
relativamente recientes o sea como de finales del siglo XVIII o principios del
XIX, se supone que tal vez con motivo de alguna conmemoración con respecto a
las reformas realizadas en la iglesia
Una vez ganada la Collada de Aciera, eso sí hoy ya por buenos pistas, aunque recomiendo desde Aciara coger el Camino Real, en cuyo recorrido podemos ver viejos tramos de la armadura de la vieja Calzada medieval de Camino Real Bajo.
de aunque no hace mucho eran caminos por los que andaban los carros sin ruedas, las llamada carrexas, hoy eso ya es un vestigio de tiempos pasados, y cuyos carros se pueden observar bajo algún que otro hórreo.
Al coronar
la collada se da vista aguas vertientes sobre los pueblos de Villamejín y
Proaza. El primer enclave que se haya en tierras proacinas es el lugar de Llendelafaya (577 m) donde en su tiempo hubo y una
antigua Venta llamada Llende La Fueya. De los restos que quedan se encuentra la
iglesia de Santa Lodiade de estética románica con unas cuantas reformas
encima, tiene capilla absidal, pero como es de imaginar todo el conjunto se
haya arruinado conformando parte de una cuadra. Hubo también en el lugar una
malatería, cuya propiedad dependía del de la Catedral de Oviedo, y que por una Real
Orden en 1827 se incorporó al municipio de Proaza, pasando todos los bienes al
Hospicio de Oviedo.
Nos
dice la cronista de estos territorios: Loli Gallego sobre Llendelafaya que «su
extensión era de 143 días de bueyes Las tierras de labor, de mediana e ínfima
calidad, tenían 19 días de bueyes y los prados… Había en el coto pastos
infructíferos en términos comunes, que ocupaban 40 días de bueyes. El resto del
coto, 50 días de bueyes, lo componían matorrales, riscos y peñas. En el coto de Llendelafaya se pagaban diezmos
de escanda de maíz y de judías. Las primicias consistían en el pago de ocho
cuartillos de escanda por cada vecino. El párroco era el único preceptor de
diezmos y primicias. El mayor hacendado del coto era el hospital de San Lázaro,
que cobraba la contribución, que se estimó en 710 reales y 12 maravedís. Este
era el valor del producto de la heredades del hospital, con la paradoja de que
los habitantes del coto eran pobres de solemnidad, leprosos o malatos. La
población constaba de tres vecinos a veces de dos de permanencia fija».[2]
Todas estas construcciones que se encuentran en el monte como quien dice, no hay nada más que ver la capilla, que fue en su momento monasterio y hospital, de la Merced, o los altos hospitales como Trobaniello, los cuales están indicando que había fuertes tránsitos por la zona, y entre toda esa barahúnda de vagantes y camineros, estaban los peregrinos.
No es
una cosa que yo me invente para justificar tal paso, sino que se ha de leer el encargo en la
donación de Alfonso III, y contemplar que en 1752 la Real Audiencia lanzó un
decreto que afectaba a los peregrinos: «Por cuanto ha hecho ver la experiencia
que la multitud de peregrinos procedentes de países extranjeros, ocasiona
considerables perjuicios a la causa pública. Igualmente, para introducirse en
el Principado han de haber tomado Pasaporte, si lo executan por la Villa de
Llanos del Corregidor de las Cuatro Villas del mar de Cantabria, y si por lo
puertos de Tarna, San Ysidro, Pajares, Ventana y La Mesa y los de la misma
Cordillera, el Intendente de León…».[3]
El
antiguo Camín Real de Ventana, el cual no hace tantos años conocí perlados sus firmes
de piedras en sus firmes a modo de calzada romana o calzada medieval, el cual
se articulaba para que dada la pendiente el piso no desapareciera, y eso hasta
no hace mucho se podía ver desde la misma collada hasta las mismas puertas de
la aldea de Villamejil o Villamexil, cuy aldea se conoce desde la época romana
como Villa Magiti, y también como Villa Maximin”, nombre del
señor romano llamado Máximo, propietario de este emplazamiento a modo de «villa».
El
poblamiento de Villamejín «se escalonan desde el barrio de las Lleras y
mediante callejuelas se unen entre sí en otros barrios con nombre propio, como
Penuque, el Pozo, el Portalín, Ente la Muria, la Sinriella, nombre que le da el
arroyo que desde la Collada atraviesa todo el pueblo, recogiéndose sus aguas en
el lavadero de su nombre, una de las construcciones etnográficas que, junto a
hórreos y paneras, forman lo que podría ser un museo al aire libre»[4], entre todos esos elementos se encuentra su vieja iglesia dedicada a San
Vicente, digo vieja porque esta sería la sucesora de una aún más vieja u original
de la cual nada queda, salvo un altar de piedra en la parte exterior del
templo.
Ilustración 39 Iglesia de Villamejin
Lo que
si existen son varias casonas blasonadas, como la de Leyva cuyo primer
propietario fue D. Sancho de Leyva y Suárez de Mendoza, marqués de Leyva; la edificación
más antigua es la torre, datada en el siglo XVI, que luego pasó a manos de los Terrero y García Argüelles con
casona del siglo II, en cuya propiedad se haya la ermita dedicada a la Virgen de Peña de Francia. Esta es una advocación que deviene del
natividad de María, y que tuvo su primer asentamiento en la Sierra de Francia
en Salamanca .
De
aquí, por la aldea de La Cuandia el Camino Real bajaba al Pontón (Arroyo
de las Fayas) para cruzar el Puente Zarameo sobre el río Trubia, para
entrar en la gran villa concejil de (Proaza), lo cual se hace por el lugar de La
Abadía, siendo el templo parroquial de San Vicente heredero del otro que formó
parte de esa indubitada donación de 891, aunque otros la muestren como
interpolación pelagiana.[5]
Proaza
fue escenario del levantamiento del Conde Gonzalo Peláez contra Alfonso VII y
que resistió dos años en el castillo de Proaza, siendo derrotado en 1135, de
estas torres y su lugar en la historia de estos valles nos habla mucho y bien
César García de Castro y Sergio Ríos. [6]
Ilustración 40 Torre de Proaza
Perteneció
Proaza como muchos otros concejos asturianos, al obispado asturiano, aunque
aquí se desarrollaron movimientos en contra de este dominio eclesiástico,
siendo destacables los acontecimientos acaecidos durante tiempos de Enrique II,
donde el pueblo protestó de manera clara. Esta situación duró hasta el año 1581
en el que gracias a la desamortización llevada a cabo por Felipe II, Proaza se
independizó de la Iglesia, constituyéndose en ayuntamiento el 16 de julio de
dicho año, quedando fuera de dicha jurisdicción los cotos señoriales de
Llendelafaya y Llinares que serían incorporados en 1827. Proaza ingresa de este
modo en la Junta General del Principado.[7]
En los
documentos del Archivo de la Catedral de Oviedo se dice con referencia a Proaza
que «...La villa de Olalies con la Iglesia de S. Vicente» que es la actual San
Vicente de Proaza en la Villa. Está claro que nos queda en el tintero esta duda
histórica que tantos ríos de tinta ha hecho correr sobre esa mítico lugar y
batalla, y las funciones de Proaza en el control de territorio en ese fondo de
saco, y los papeles.[8]
Ilustración 41 Ponentes sobre la batalla de Olalies
Nuestro
camino prosigue valle abajo cruzando de nuevo el río por el Puente Prada, compuesto
de dos arcos, y que según Loli Gallego (la Voz de Trubia) « el primer
puente era de piedra y madera y tenía tres pilares y pasarela de madera. Fue
reconstruido en 1787 y estuvo en servicio hasta los años cincuenta, cuando se
construye el actual que va paralelo a él. Lo mismo que el de Zarameo, fue
considerado como de reuniones de acuerdos» .[9]
Por otro
lado el puente de Prada que hace frontera entre Proaza y Santo Adriano a cuyo
pie los Vázquez Prada levantan su casa fuerte, y se sabe también de la
existencia de una conocida Venta, de este modo se entra en lo que fueron los
territorios abadengos de Santo Adriano de Tuñón; aunque antes está el lugar de Savil como
primer enclave a cuyo pie y al de la capital del concejo: Villanueva
se sitúa la iglesia de San Román, esta responde a la clásica estructura románica,
aunque muestra algunos elementos prerrománicos, predominando la nave única rectangular
y el ábside semicircular.
Siguiendo el camino de nuevo se cruza otra vez
el río, por el gran Puente de Villanueva de un solo arco, pero de
grandes dimensiones. Aunque como ya he citado la Senda del Oso como buen
eje caminero nos evita algunos de estos conocidos puentes y cruces.
Realmente
viendo cuando tales obras sobre el río Trubia se hicieron no es de extrañar que
los tránsitos buscaran las altas cumbrales como la Merced o Andruxas, pues
evitaban de este modo lidiar con las reatas y los tránsitos por puentes que a
saber dios como estaban.
La
Variante de Tenebredo hacia el río Nalón
Aquí
en Villanueva surge otra variante que da la espalda a la de Trubia, y es la
sube por debajo del castro de El Collaín y por encima de los Abrigos de Tuñón
hasta la aldea de Tenebredo para continuar hacia Siones por la ladera oriental
de Peña Constancio presentando al par diversos asentamientos y fortificaciones
que van a representar importantes papeles en la ordenación política de todo
este territorio, junto con el Castillo de Alba, del que apenas si he hablado de
él.
Ilustración 43 Caserío de Tenebredo
Esta
propuesta viene corroborada por disquisiciones de este estilo, «como uno de los
caminos más viejos hacia Oviedo» y se basa en la existencia de restos de camino
con anchura y trazado en el tramo que por Valdolallés y que asciende hacia
Tenebredo, y en la bajada de Siones a Caces, donde se conserva el topónimo de
La Calzada. En Valdolallés se sitúan de nuevo las tradiciones sobre la batalla
de Olalies, lo cual se nos sugiere que no se pueden despreciar de antemano dada
las distintas condiciones como la buena conservación del camino, la similitud
del topónimo y el carácter estratégico del lugar.
Fuera
como fuere, este variante que no pasaba por Tuñón, al menos tal y como ahora lo
conocemos se recoge así en una descripción del
concejo de 1798: “Por entre dicho lugar (Labares), y el dicho Camino Real
hay otro caminito de a pie, poco frecuentado y por el que se pasa y va a
encontrarse con el real en el primer puente de Villanueva”. Es más
significativo todavía el texto de Vierna, que pretendía trazar la nueva
carretera “siguiendo el camino antiguo por la falda de la hizquierda vaja
dulzemente a Villanueba».
Al
final el resultado obtenido es que en estos complejos territorios debía primer
aquello de fuérase por donde hubiérase: caminos, trochas, veredas o
senderos.
La
aldea de Quintana – El Barco – Barca de Puerto (desaparecida en los
entornos del río Nalón, se haya la aldea
de Casielles y el actual Balneario de las
Caldas, con un pontón de piedra, sobre el río Gafo, luego viene la aldea
de Priorio con su iglesia dedicada a San Juan su primera referencia es la
donación que de ella hace Fernando IV a la Catedral de Oviedo en 1305.1
Ilustración 44 Tímpano de San Juan de Priorio
La
iglesia de San Juan de Priorio, es una construcción de origen románico,
construida en los siglos XII-XIII con ampliaciones posteriores: la
espadaña, del siglo XVIII; las capillas laterales, el pórtico y
el baptisterio, de los siglos XIX-XX de finales del siglo XII con una
de las portadas con tímpano decorado único en Asturias, por tanto, este es el
elemento más destacado de la iglesia donde se representa un pantocrátor impartiendo
la bendición y rodeado del tetramorfos que a su vez presentan a los
cuatro evangelistas: el león de San Marcos, el águila de San Juan, el
toro de San Lucas y el ángel de San Mateo. La escena la
completan dos ángeles que sobrevuelan la escena.
Ilustración 45 Castillo de Priorio
No
muy lejos el castillo de las Caldas o de Priorio levantado sobre las ruinas de otro
fuerte en tiempos de Alfonso II, estuvo en manos del Obispo de Oviedo, formando
parte de los acantonamientos del insurrecto Conde Peláez.
De
ahí y pasando por la aldea de La Piñera y las quintana de Correpiedra, yendo por la
Cuesta de Ayones, para de este
modo ganar el pueblo de Ayones, donde encontramos la ermita dedicada a Santo Medero del siglo XVIII, «Esta
ermita es antiquísima y durante muchos años fue venerada por gran cantidad de
peregrinos que venían hasta de otras diócesis. Había lo que se llamaba una casa
de Novenas o de peregrinos, destinada a acoger a estos (...) Llegó a tener el
santo muchos bienes que le fueron arrebatados con la desamortización».
Pero habíamos dejado el Camino principal a las puertas de un lugar
emblemático como es Santo Adriano de Tuñón, ya que él representa en si mismo la
noción del poder religioso y político sobre todo el valle del Trubia, ya que dicha
iglesia prerrománica es la representación de una potestad y el camino para
desarrollar una gnoseología sobre el poder a partir de los señoríos monásticos
en cuyo centro se encuentra este peculiar templo.
Ilustración 46 Santo Adriano de Tuñon
A la altura de Villanueva y una vez cruzado el río Trubia se iba directamente
a Santo Adriano de Tuñón, hoy podemos realizar un precioso paseo por la Senda
del Oso hasta llegar al Area Recreativa de Tuñón y luego desviarnos hasta la iglesia
de Santo Adriano de Tuñón que se sitúa en las coordenadas 43º 17´34.64” N y 5º
58´48.31” W.
El templo se localiza en el tramo medio de la cuenca del río
Trubia, en una terraza fluvial de 750 m de longitud. El lugar escogido
aprovecha un ensanchamiento de la vega poco después de abandonar la angostura
producida por las sierras de Estopo, La Pedrisca y Buanga. Sus orígenes han de
entenderse como el resultado de un sistema de poder impulsado a partir de los
siglos VIII y IX. Este sistema actúa sobre un territorio con unas bases de
poblamiento longevas.
En este preciso lugar, el 24 de enero del año 891 el rey Alfonso
III y su esposa Jimena, dejaban claro que era una fundación personal manibus
nostri en base a una propiedad patrimonio
de los reyes , nostra
hereditate propria locum nominatum Sancti Adriani que uocitant Tunionem, por lo cual
dotaban de estas propiedades a un monasterio, el de Tuñón, que en esos tiempos
ya estaba ocupado, siendo dedicado a los santos Adrián, Natalia, Pedro, Pablo y
el apóstol Santiago, aunque no se le puede atribuir a tal fundación presencia
monástica reglada, más allá de la presencia de monjes bajo tradición
hispoanovisigoda de sujetarse a las reglas monásticas al uso.
Y como tal, inauguraban o ¿reinauguraban? un templo de tamaño
reducido que a su vez representaba un
pequeño monasterio rural donde los artificios canteriles van a ser escasos
aunque su estructura es la habitual en las iglesias construidas por
Alfonso II y Alfonso III, ya que consta de una planta basilical
de tres naves, cubiertas por techumbre de madera, sin nave
de crucero quizá por su escasa importancia, con
tres ábsides cubiertos por bóvedas de cañón, formando una
cabecera plana, y la habitual cámara secreta encima del
ábside central.
Dicha estructura presenta dos compartimentos laterales de los
que sólo se conserva el del costado sur, las naves se dividen en tres tramos
formados por arcos de medio punto soportados
sobre pilares cuadrados sin impostas, terminados en las
tres capillas del ábside.
Lo historiadores del arte, indican que es posible que a los pies
existiera un triple pórtico cubierto por una tribuna, como es habitual en
las demás iglesias de este período. Como ya hemos indicado, su
construcción es de poca calidad, en mampuesto y sillarejo, con sillares
sólo en las esquinas. Es interesante destacar la ventana de doble arco de
medio punto en ladrillo con columna central y capitel, que existe sobre
la capilla principal, como único acceso a la cámara secreta.
Ilustración 47 Rey Fruela y sus monjes
La Iglesia se dedicó a los mártires y santos Adriano y su esposa
Jimena
Esta decisión de asentar y reafirmar una potente presencia del
cabildo de San Salvador en el valle del Trubia y sus aledaños se ve
confirmada con la posterior entrega de
San Pedro de Teverga que pasan del poder
abadengo de Tuñón a ser parte del dominio episcopal de San Salvador ratificado
mediante otra ceremonia, ya que el 11 de
agosto de 1108, fecha en que el obispo Pelayo consagraba las tres nuevas aras
correspondientes a los altares de los mártires Adrián y Natalia, Pedro y Pablo
y el apóstol Santiago, cuyo altar situado a la izquierda contaba con las
reliquias de Ligno Domini y del Sancti Jacobi. Fecha además en la
cual el templo será ampliado.
El rey Fruela II había firmado este documento el año 891 y lo había confirmado entre los años 910-912 en vida de su madre, viuda de Alfonso III, a juzgar por la forma como lo hizo:« Fruela, hijo de Alfonso rey «de gloriosa memoria», y de Jimena que vivía todavía, puesto que, de haber muerto, añadiría a continuación de sus padres «de gloriosa memoria». Con Fruela confirma a su vez también por su esposa, también llamada Jimena como consta en la inscripción de la Caja de las Ágatas del año 910, aunque hay que tener en cuenta la opinión de un experto como F. Javier Fernández Conde.
Esta es pues la importancia de la fundación de santo Adriano que reúne tintes estratégicos, políticos y religiosos que a su vez se va conformando una extensa red caminera que tuvo diversas épocas, desde aquellas, cuyos trazados va cumbreando por arterias como las trashumantes: Omaña-Babia, o por líneas cumbrales de los puertos quirosanos de la Merced y Andruxas, etc., hasta llegar a lidiar con el Nalón en tierras de Soto Ribera, pasando por otras épocas en las cuales los pasos fluviales empezaron a afianzarse como buenos lugares de paso, a constituirse como pasos seguros al ir abandonando los viejos pontones de madera que fueron dejando paso al uso de los grandes puentes de piedra, como el de Villanueva.
Track de la Ruta https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/camino-real-del-puerto-ventana-arrojo-aciera-tunon-tenebredo-oviedo-123122148
Victor Guerra
[1] Argüelles Álvarez,
Patricia Ana. Comunicaciones históricas en la región de Asturias desde
tiempos antiguos hasta siglos medievales: El caso del viario romano en el
sector transmontano- Tesis Doctoral 2016. Universidad de Oviedo. Págs. 74-75.
[2] La Voz de Trubia.
[3] González Collado, Mª
Belén. Quirós. Un concejo de Obispalía. Dialnet-Quiros-226811
[4] Gallego, Loli. Proaza, sus pueblos y un naturaleza:
Villamejín. La Voz de Trubia.
[5] Fernández Conde, Javier: Santo
Adriano de Tuñón historia de un territorio en los siglo de transición. Dialnet-SantoAdrianoDeTunon-134094.pdf-
[6] García de Castro Valdés,
César y Ríos González, Sergio: Los
Castillos de Proaza http://www.ujaen.es/revista/arqytm/PDF/R5/R5_4_GdeCastro.pdf
[7] Texto obtenido
de Wikipedia - Proaza bajo la
licencia CC-BY-SA-3.0 el 28 octubre 2019
[8] https://lavozdeltrubia.es/2015/03/28/valdolayes-recogio-la-tradicion-de-la-batalla-y-por-su-prestigio-dio-nombre-a-todo-el-valle/
[9] https://lavozdeltrubia.es/2017/05/07/los-puentes-de-proaza/
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