EL CAMINO HISTÓRICO DEL PUERTO VENTANA POR ACIERA y TENEBREDO

 

EL CAMINO HISTÓRICO DE VENTANA POR LA COLLADA DE ACIERA

Lo cierto es que tras siglos, el debate sigue vivo en relación con la cuestión de sí el Camino Real iba por Arrojo o por la collada de Aciera, dicho Camino de Castilla  tenía como misión llegar a Oviedo, aunque lo cierto es que Pedro Pisa y José Ramón de Luarca han definido desde un principio que el Camino de la Merced y de las Andruxas como una Variante,  y que se conoce tambien como Camino Real ALto, y luego está el llamado Camin Real bajo que arranca pendiente arriba desde el pueblo de Las Agüeras para subir a la collada de Aciera, o se otro punto de partida desde  Santo Adriano de Tuñón se trataría del Trazado Histórico.

Es cierto que no todo es  lo que parece, pues es de suponer que dadas las vicisitudes en cuanto al tránsito por los valles y sus consecuentes cauces fluviales, por puentes construidos de aquella manera  y con  pendientes en ambos duras, no eran precisamente las condiciones más favorables para una Camino directo a Oviedo, aunque en 1789 Tomás López de Vargas ya indicaba que el paso por la villa de Proaza  hacia el Puerto Ventana era el único en ese momento permitía el paso de carros: «es el Camino Real muy frecuentado para Castilla por el Puerto de Ventana, y tan franco que los demás coches que pasan de la Corte a Oviedo por dicho puerto y ese valle pasan».[1]

Esa es la realidad que nos pintaba Tomás López, lo cual viene  complementado con las notas de D. Gaspar Melchor de Jovellanos, el cual transitó la ruta en junio de 1792 , de cuyo periplo dejó estas notas, el tribuno Jovellanos anduvo parece ser por un ramal secundario que cruzaba el lugar de Perueño, del cual «indica que era un mal camino que no reunía las características típicas de un Camino Real principal», y en eso coincido con D. Jovino, pues la subida y bajada a la collada de Aciera, bien desde Proaza o bien desde Valdemurio, nunca me ha parecido los recorridos más idóneo, pero es verdad que quien mandaba en aquellos tiempos no era otro que el Monasterio de Tuñón, siendo por tanto paso  para hacer efectiva la pleitesía abacial que se le debía como referentes político y religioso de la zona.


Además, hay que ligar, algo que aún no he realizado en este camino, el tema de los asentamientos monásticos como centros de poder religiosos y territoriales, lo que contribuirá a la articulación de las redes camineras a las cuales se irán anexionando nuevos equipamientos y asentamientos poblacionales que hacían una efectiva labor de control del territorio mediante el establecimiento de fortalezas,  casas fuertes, portazgos, etc.

En ese sentido el Camino Real de Ventana no se puede entender si la presencia del monasterio de Santo Adriano de Tuñón y la constitución de núcleos familiares de rancio abolengos en la zona como los Quirós, Terrero u otros,  cuyas relaciones con los territorios serán fruto de una peculiar relación, territorial al ser parte del poder religioso del Abad de Tuñón, y luego convertidos en territorios de Realengo con todo lo que ello supuso.

Pero dejemos que sea Pedro Pisa nos ilustre en el desarrollo de este viejo itinerario proveniente de la meseta leonesa, el cual cruza Omaña y Babia y se planta en estas tierras astures a través del Camino Real de Ventana, por cuyo trazado se articuló un abigarrado tránsito de mercaderías y de mercaderes, y como no, de peregrinajes, pues sí bien con respecto al Camino de Bermiego por los puertos de la Merced no aparece ninguna mención especial a cerca de posibles presencias peregrinas, salvo las ya mencionadas, es verdad que al continuar  desde Arrojo hacia Santo Adriano de Tuñón, queda claro que dicho trayecto tenía una misión  que la donación regia ordenaba; que tales predios se dedicasen a la «atención de los peregrinos»... y para «sustento de los pobres».

Aunque pudiera ser fácil la elección del camino ideal a la vista de las pendientes y cumbrales como es el caso del ramal de Bermiego, es evidente que los tiempos cambiaron y el que hubiera ya notables puentes sobre el río Trubia pues varió la red caminera.

Ilustración 31 Rio Trubia  y  sus puentes

Algunos estudiosos como Patricia Argüelles nos dicen que al llegar a al pueblo de Aciera ya se localizaban desde el Norte de La Muela, tres posibles rutas, todas ellas descritas a su vez por Pedro Pisa Menéndez: una ruta que iba por la derecha y conducía  a la aldea de Tene, la de la izquierda que iba y va por los núcleos de El Llano y Perueño, y el ramal central que subía y sube a la collada de entroncando vertiente abajo con el camino descrito que va hacia Proaza.

Hay que tener en cuenta que el Camino Real de Ventana desde Trobaniello entraba por los valles quirosanos sin apenas desvíos, salvo el ramal de Bermiego, que yo creo que fue anterior a la consolidación de puentes y vados, hasta llegar a Las Agüeras, donde se producen las distintas variantes, sobrevenidas en parte por aquello de «evitar los “escobios” de Las Carangas y Peñasjuntas; o sea los desfiladeros, por cuyo motivo al bajar a lo fondero del valle, en las Agüeras se veían forzados a tener que  ascender al collado de Aciera (688m) y entrar de este tal enclave al valle de Proaza.

Eso sí, después de cruzar unas cuantas veces el río Trubia, lo cual debía ser dificultoso al menos hasta que se establecieron de forma consolidad los puentes de piedra, como los de Zarameo, Prada, Villanueva y Tuñón, lo cual acaeció sobre el siglo XVIII, los cuales permitieron un cierto tránsito, aunque no el abandono del trazado desde el valle del Trubia hacia la aldea de Puerto situada a la vera del río Nalón, para de este modo evitar las hoces situadas entre Tuñón y San Andrés de Trubia, aunque los problemas con los cauces fluviales no se terminarían, puesto que situados tanto los sufridos arrieros, los fatigados peregrinos y viajeros, al llegar a la cuenca del Nalón tenían como punto forzado de cruce entre las aldeas de Puerto y Caces, lugares donde se situaban los pasos históricos sobre el Nalón, lo cual se hacía bien por los vados en tiempos estivales o mediante barcas controlados dichos cruces por arte del imponente Castillo de Prioro.

Ilustración 32 Iglesia de Arrojo o Arroxo

Continuación del Camino Real de Ventana, de Arrojo a Proaza.

 Por eso es bueno seguir la secuencia del viaje que se impone desde la iglesia de Arrojo, nuestro camino ahora situado en lo fondero del valle las redes camineras  actuales son las que se circunscriben por un lado a la carretera AS-229 que cruza todo el valle  a través de los concejos de Quirós, Proaza y Santo Adriano, la otra plataforma, con más vocación caminera, es la que nos ofrece  la actual Senda de Oso, la cual proviene de la recuperación de una vieja plataforma de ferrocarril minero del siglo XIX y, articulada como tal senda para usos lúdicos deportivos, y denominada primeramente  como Senda de los Valles del Trubia mediante un primigenio proyecto que yo diseñé y firmé, allá por los años 90, y finalmente renombrada más tarde como Senda del Oso.

A este respecto, el geógrafo Pedro Pisa nos aporta el itinerario que debemos tener presente para el desarrollo de nuestro transitar por este largo valle, en el cual en la entrega anterior la iglesia nos habíamos quedado en Arrojo, que ya he descrito, por tanto, en este punto nos dirigimos hacia la Senda del Oso, que es el trazado lo más cómodo para alcanzar en primer lugar la aldea de Las Agüeras, donde hubo en su día un venta.

Pero antes podemos visitar la localidad  de Casares de Quirós, cuya localidad regenta la iglesia bajo la advocación de San Juan, la cual viene citada en la famosa donación de Alfonso III y Doña Jimena del año 891, aunque del primitivo templo no queda nada, puesto que además ya fue reedificada en el siglo XII, y se le conocen otras cuantas reedificaciones una en 1749  otra en 1980, y una última en el 2002,  pese a ello aún mantiene la clásica estructura románica de nave única y ábside cuadrado con los socorridos canecillos  que aquí son lisos, nada parece destacar de esta rural iglesia, puesto que tampoco es posible admirar el interior.

Ilustración 33 Iglesia de Casares de Quirós

Lo cierto es que el pueblo se haya un tanto desplazado de los ejes que conforman la Senda y la carretera AS-229, puesto que antiguamente la estructura viaria no tenía este aspecto por lo que esta permitía la directa comunicación entre la iglesia de Arrojo con el pueblo de Casares de Quirós.

Una vez visitado Casares, nuestro camino sigue por lo fondero del valle, o sea por La Muela, pasando por el Molino del Rey hacia el enclave de Las Agüeras, donde no solo hubo varios puentes sino también un par de ventas: la del Coto y la del Cuerno.

Antes de allegarnos al lugar de La Torre, nos topamos con la iglesia de San Vicente de las Agüeras que es de estilo renacentista pues data del siglo XVI , en su entorno se haya el Palacio de Pedrero o de Quirós que se data como del siglo XVI, también hubo una fortaleza de control sobre el territorio en estas redes de vigilancia establecidas por los diferentes poderes feudales, los restos de tal fortaleza se hayan bajo las aguas del embalse de Valdemurio que fue construido en 1967 para el aprovechamiento de sus aguas para los fines de eléctricos.

Ilustración 34 Embalse de Valdemurio

El trazado para no echarse pendiente abajo,  dado el desnivel existente, prefirió buscar nuevas redes camineras porque más abajo la orografía y los cauces no dejaban un paso cómodo para el tránsito de acémilas y mercaderías, de hecho, cuando llegó el tren minero a la zona se tuvieron que excavar unos cuantos túneles, por donde hoy se echa la Senda del Oso.

Pero en aquello primigenios tiempos el personal caminero al llegar a Las Agüeras se echaba monte arriba para buscar la vertiente de Proaza y por la ya mencionada collada de Aciera pasar al otro lado del valle, o sea a Proaza.


Ilustración 35San Vicente de las Agüeras

Desde el lugar de La Torre se deja la AS-229 y la Senda del Oso para subir hacia los pueblos de Villaverde y Aciera con la idea de ganar por La Borroná  el Collado de Aciera (688 m).

Cierto es que aquí, en Aciera surgen las variantes que planteaba Ana Patricia Argüelles, aquella que va por La Corra hacia el pueblo de Tene,  para ganar La Linariega y las brañas de Linares y entroncar así con el Camino que viene de Bermiego por los entornos de la Merced hacia Pandu la Mortera y caer por las Andruxas al eje de Pedrovella-Peñerudes.

Nuestrocamino sale de Aciera, no por el trazado que va recto hacia La Foxaca y La Tejera, sino el que se desvía hacia la izquierda para ir por los barrios de El Llano y de Pirueño o Perueño, que dada su vieja advocación emeritense es más que posible que fuese el paso obligado hacia la citada collada.

Al tomar este ramal al dejar atrás las casa del El Llano,  nos damos de bruces con los restos de la llamada «villa de Pironno con su eclesia de Sancte Eulalie», tal y como rezaba en la famosa donación de Alfonso III, hoy de todo ello solo quedan restos medio perdidos entre la maleza, digamos que el paso del tiempo ha provocado que sus muros ya desprovistos de la cubierta hayan sido expoliados por los diferentes elementos climatológicos y los clásicos del vandalismo y el abandono, amén de que está claro hubo aprovechamientos de parte de la cantería de la fenecida iglesia para otros usos.


Ilustración 36 Restos de la iglesia de Pirueño

Todo este conjunto de desmanes, hizo que el templo acabara en ruina, y así ha llegado a su estado actual, donde podemos observar que ha desaparecido el imafronte, la espadaña y la techumbre y la sección superior de los muros, así como gran parte de los habitáculos anexos; a buen seguro que algunas casas y cuadras de Pirueño o Perueño, emplearon en su rehabilitación piedras procedentes de la iglesia.

En el tema de todas estas donaciones reales que vengo comentando según el historiador Fernández Cond son falsificaciones, en el caso de Pirueño más, se trata de una falsificación producida por el escritorio del obispo don Pelayo en el siglo XII con la intención de acrecentar y consolidar las propiedades del cabildo catedralicio ovetense.

«Lo único que puede afirmarse con seguridad es que, en el momento de procederse a esta interpolación de 891la iglesia de Pirueño ya existía, y que su fundación sería por tanto anterior al siglo XII. En la documentación parroquial, esta primitiva denominación de Santa Eulalia de Pirueño se alternó desde el siglo XVII con la de Santa Eulalia de Aciera, en referencia al núcleo de población más importante de la parroquia, creándose cierta confusión que fue zanjada con gran diligencia por uno de sus párrocos haciendo constar Santa Eulalia de Pirueño alias Aciera (1727). Finalmente, a comienzos del siglo XIX se adoptó el topónimo de Pirueño para identificar esta iglesia».


Ilustración 37 Restos iglesia de Pirueño

Junto a la iglesia de Santa Eulalia de Pirueño se localiza también un tejo de unos dos metros de perímetro troncal que se haya en medio de un corro de piedra. A juzgar por la envergadura de su tronco, este tejo fue plantado en fechas relativamente recientes o sea como de finales del siglo XVIII o principios del XIX, se supone que tal vez con motivo de alguna conmemoración con respecto a las reformas realizadas en la iglesia

 Una vez ganada la Collada de Aciera, eso sí hoy ya por buenos pistas, aunque recomiendo desde Aciara coger el Camino Real, en cuyo recorrido podemos ver viejos tramos de la armadura de la vieja Calzada medieval de Camino Real Bajo.


Otra cosa distintas es lo que sucede en la vertiente proacina que la pista Hormigonada subre desde Villamefil hasta la misma Collada de Aciera, 

de  aunque no hace mucho eran caminos por los que andaban los carros sin ruedas, las llamada carrexas, hoy eso ya es un vestigio de tiempos pasados, y cuyos carros se pueden observar bajo algún que otro hórreo.


Ilustración 38 Restos religioso y malatos de Llendelafaya

Al coronar la collada se da vista aguas vertientes sobre los pueblos de Villamejín y Proaza. El primer enclave que se haya en tierras proacinas es el lugar de Llendelafaya (577 m) donde en su tiempo hubo y una antigua Venta llamada Llende La Fueya. De los restos que quedan se encuentra la iglesia de Santa Lodiade de estética románica con unas cuantas reformas encima, tiene capilla absidal, pero como es de imaginar todo el conjunto se haya arruinado conformando parte de una cuadra. Hubo también en el lugar una malatería, cuya propiedad dependía del de la Catedral de Oviedo, y que por una Real Orden en 1827 se incorporó al municipio de Proaza, pasando todos los bienes al Hospicio de Oviedo.

Nos dice la cronista de estos territorios: Loli Gallego sobre Llendelafaya que «su extensión era de 143 días de bueyes Las tierras de labor, de mediana e ínfima calidad, tenían 19 días de bueyes y los prados… Había en el coto pastos infructíferos en términos comunes, que ocupaban 40 días de bueyes. El resto del coto, 50 días de bueyes, lo componían matorrales, riscos y peñas.  En el coto de Llendelafaya se pagaban diezmos de escanda de maíz y de judías. Las primicias consistían en el pago de ocho cuartillos de escanda por cada vecino. El párroco era el único preceptor de diezmos y primicias. El mayor hacendado del coto era el hospital de San Lázaro, que cobraba la contribución, que se estimó en 710 reales y 12 maravedís. Este era el valor del producto de la heredades del hospital, con la paradoja de que los habitantes del coto eran pobres de solemnidad, leprosos o malatos. La población constaba de tres vecinos a veces de dos de permanencia fija».[2]

Todas estas construcciones que se encuentran en el monte como quien dice, no hay nada más que ver la capilla, que fue en su momento monasterio y hospital, de la Merced, o los altos hospitales como Trobaniello, los cuales están indicando que había fuertes tránsitos por la zona, y entre toda esa barahúnda de vagantes y camineros, estaban los peregrinos.

No es una cosa que yo me invente para justificar tal paso,  sino que se ha de leer el encargo en la donación de Alfonso III, y contemplar que en 1752 la Real Audiencia lanzó un decreto que afectaba a los peregrinos: «Por cuanto ha hecho ver la experiencia que la multitud de peregrinos procedentes de países extranjeros, ocasiona considerables perjuicios a la causa pública. Igualmente, para introducirse en el Principado han de haber tomado Pasaporte, si lo executan por la Villa de Llanos del Corregidor de las Cuatro Villas del mar de Cantabria, y si por lo puertos de Tarna, San Ysidro, Pajares, Ventana y La Mesa y los de la misma Cordillera, el Intendente de León…».[3]

El antiguo Camín Real de Ventana, el cual no hace tantos años conocí perlados sus firmes de piedras en sus firmes a modo de calzada romana o calzada medieval, el cual se articulaba para que dada la pendiente el piso no desapareciera, y eso hasta no hace mucho se podía ver desde la misma collada hasta las mismas puertas de la aldea de Villamejil o Villamexil, cuy aldea se conoce desde la época romana como Villa Magiti, y también como Villa Maximin”, nombre del señor romano llamado Máximo, propietario de este emplazamiento a modo de «villa».

El poblamiento de Villamejín «se escalonan desde el barrio de las Lleras y mediante callejuelas se unen entre sí en otros barrios con nombre propio, como Penuque, el Pozo, el Portalín, Ente la Muria, la Sinriella, nombre que le da el arroyo que desde la Collada atraviesa todo el pueblo, recogiéndose sus aguas en el lavadero de su nombre, una de las construcciones etnográficas que, junto a hórreos y paneras, forman lo que podría ser un museo al aire libre»[4], entre todos esos elementos se  encuentra su vieja iglesia dedicada a San Vicente, digo vieja porque esta sería la sucesora de una aún más vieja u original de la cual nada queda, salvo un altar de piedra en la parte exterior del templo.

Ilustración 39 Iglesia de Villamejin

Lo que si existen son varias casonas blasonadas, como la de Leyva cuyo primer propietario fue D. Sancho de Leyva y Suárez de Mendoza, marqués de Leyva; la edificación más antigua es la torre, datada en el siglo XVI, que luego pasó a manos de los Terrero y García Argüelles con casona del siglo II, en cuya propiedad se haya la ermita dedicada a la Virgen de Peña de Francia. Esta es una advocación que deviene del natividad de María, y que tuvo su primer asentamiento en la Sierra de Francia en Salamanca .

De aquí, por la aldea de La Cuandia el Camino Real bajaba al Pontón (Arroyo de las Fayas) para cruzar el Puente Zarameo sobre el río Trubia, para entrar en la gran villa concejil de (Proaza), lo cual se hace por el lugar de La Abadía, siendo el templo parroquial de San Vicente heredero del otro que formó parte de esa indubitada donación de 891, aunque otros la muestren como interpolación pelagiana.[5]

Olalíes hace referencia al lugar en el que Pelayo, tras salir victorioso en la batalla de Covadonga, aniquiló por completo al Munuza y a su ejército que huía por estos  valles buscando quizás la salida a la meseta a través de la cordillera cantábrica, y queda en debate si se trata de la villa de Proaza  o de la zona de Valdolayés,  por su parte Sánchez Albornoz sitúa «la muerte de Munuza en Proaza, cuando al darse cuenta del error cometido en la retirada, por haber seguido el curso del río Trubia en vez de ascender hacia el Camín Real de la Mesa y, sufrir  otra emboscada en Peñas Juntas, Trató de remontar hacia la Collada de Aciera con destino al Puerto de Ventana».


No entiendo muy esa fijación con el Camino Real de la Mesa, de algunos historiadores, ya que de ir por la Mesa , suponía pasar por los escobios de las Carangas hacia Teverga  y luego tomar los valles hacia la Mesa, cuando en realidad les hubiera sido más fácil salir por el Camino de las Andruxas, siempre mucho más alto y abierto, tal es así que hay quien fija la relación las Torre de los González-Tuñón, la Torre de los Tuñón en Bandujo, y la Torre de Tuñón con los caminos del Camín de la Mesa, esta traza ganadera  sirva para un roto como para descosido.

Proaza fue escenario del levantamiento del Conde Gonzalo Peláez contra Alfonso VII y que resistió dos años en el castillo de Proaza, siendo derrotado en 1135, de estas torres y su lugar en la historia de estos valles nos habla mucho y bien César García de Castro y Sergio Ríos. [6]


Ilustración 40 Torre de Proaza

Perteneció Proaza como muchos otros concejos asturianos, al obispado asturiano, aunque aquí se desarrollaron movimientos en contra de este dominio eclesiástico, siendo destacables los acontecimientos acaecidos durante tiempos de Enrique II, donde el pueblo protestó de manera clara. Esta situación duró hasta el año 1581 en el que gracias a la desamortización llevada a cabo por Felipe II, Proaza se independizó de la Iglesia, constituyéndose en ayuntamiento el 16 de julio de dicho año, quedando fuera de dicha jurisdicción los cotos señoriales de Llendelafaya y Llinares que serían incorporados en 1827. Proaza ingresa de este modo en la Junta General del Principado.[7]

En los documentos del Archivo de la Catedral de Oviedo se dice con referencia a Proaza que «...La villa de Olalies con la Iglesia de S. Vicente» que es la actual San Vicente de Proaza en la Villa. Está claro que nos queda en el tintero esta duda histórica que tantos ríos de tinta ha hecho correr sobre esa mítico lugar y batalla, y las funciones de Proaza en el control de territorio en ese fondo de saco, y los papeles.[8]


Ilustración 41 Ponentes sobre la batalla de Olalies

Nuestro camino prosigue valle abajo cruzando de nuevo el río por el Puente Prada, compuesto de dos arcos, y que según Loli Gallego (la Voz de Trubia) « el primer puente era de piedra y madera y tenía tres pilares y pasarela de madera. Fue reconstruido en 1787 y estuvo en servicio hasta los años cincuenta, cuando se construye el actual que va paralelo a él. Lo mismo que el de Zarameo, fue considerado como de reuniones de acuerdos» .[9]

Por otro lado el puente de Prada que hace frontera entre Proaza y Santo Adriano a cuyo pie los Vázquez Prada levantan su casa fuerte, y se sabe también de la existencia de una conocida Venta, de este modo se entra en lo que fueron los territorios abadengos de Santo Adriano de Tuñón;  aunque antes está el lugar de Savil como primer enclave  a  cuyo pie y al de la capital del concejo: Villanueva se sitúa la iglesia de San Román, esta responde a la clásica estructura románica, aunque muestra algunos elementos prerrománicos, predominando la nave única rectangular y el ábside semicircular.


Ilustración 42 Puente de Villanueva

 Siguiendo el camino de nuevo se cruza otra vez el río, por el gran Puente de Villanueva de un solo arco, pero de grandes dimensiones. Aunque como ya he citado la Senda del Oso como buen eje caminero nos evita algunos de estos conocidos puentes y cruces.

Realmente viendo cuando tales obras sobre el río Trubia se hicieron no es de extrañar que los tránsitos buscaran las altas cumbrales como la Merced o Andruxas, pues evitaban de este modo lidiar con las reatas y los tránsitos por puentes que a saber dios como estaban.

La Variante de Tenebredo hacia el río Nalón

Aquí en Villanueva surge otra variante que da la espalda a la de Trubia, y es la sube por debajo del castro de El Collaín y por encima de los Abrigos de Tuñón hasta la aldea de Tenebredo para continuar hacia Siones por la ladera oriental de Peña Constancio presentando al par diversos asentamientos y fortificaciones que van a representar importantes papeles en la ordenación política de todo este territorio, junto con el Castillo de Alba, del que apenas si he hablado de él.

Ilustración 43 Caserío de Tenebredo

Esta propuesta viene corroborada por disquisiciones de este estilo, «como uno de los caminos más viejos hacia Oviedo» y se basa en la existencia de restos de camino con anchura y trazado en el tramo que por Valdolallés y que asciende hacia Tenebredo, y en la bajada de Siones a Caces, donde se conserva el topónimo de La Calzada. En Valdolallés se sitúan de nuevo las tradiciones sobre la batalla de Olalies, lo cual se nos sugiere que no se pueden despreciar de antemano dada las distintas condiciones como la buena conservación del camino, la similitud del topónimo y el carácter estratégico del lugar.

Fuera como fuere, este variante que no pasaba por Tuñón, al menos tal y como ahora lo conocemos se recoge así en una descripción del concejo de 1798: “Por entre dicho lugar (Labares), y el dicho Camino Real hay otro caminito de a pie, poco frecuentado y por el que se pasa y va a encontrarse con el real en el primer puente de Villanueva”. Es más significativo todavía el texto de Vierna, que pretendía trazar la nueva carretera “siguiendo el camino antiguo por la falda de la hizquierda vaja dulzemente a Villanueba».

Al final el resultado obtenido es que en estos complejos territorios debía primer aquello de fuérase por donde hubiérase: caminos, trochas, veredas o senderos.


Cotomonteros

Desde Tenebredo, Pedro Pisa nos aporta el recorrido. El cual hace subir al – Coll. de las Cruces ] y  a la aldea de Cotomonteros (457 m) – al pie del castro celta del Pico Coruxera para bajar  desde  La Barraca  todavía en tierras de Santo Adriano de Tuñón y pasar a las de Oviedo a través del Alto de la Coruxera (377 m) y por  La Trapa – llegar al pueblo de Puerto «algunos autores relacionan el topónimo Puerto, con el paso en barco por esta zona para atravesar el río Nalón.

Paso, por otra parte, que viene de antiguo, puesto que el término ya figura en documentación altomedieval. Dado que por aquí transitaba el frecuentado Camino Real a Puerto Ventana se intentó construir un puente para salvar el Nalón, pero, tras algunas tentativas fracasadas, el proyecto se abandonó tras una riada acaecida en el siglo XVII.

La aldea de Quintana – El Barco – Barca de Puerto (desaparecida en los entornos del río Nalón,  se haya la aldea de Casielles  y el actual Balneario de las Caldas, con un pontón de piedra, sobre el río Gafo, luego viene la aldea de Priorio con su iglesia dedicada a San Juan su primera referencia es la donación que de ella hace Fernando IV a la Catedral de Oviedo en 1305.1


Ilustración 44 Tímpano de San Juan de Priorio

La iglesia de San Juan de Priorio, es una construcción de origen románico, construida en los siglos XII-XIII con ampliaciones posteriores: la espadaña, del siglo XVIII; las capillas laterales, el pórtico y el baptisterio, de los siglos XIX-XX de finales del siglo XII con una de las portadas con tímpano decorado único en Asturias, por tanto, este es el elemento más destacado de la iglesia donde se representa un pantocrátor impartiendo la bendición y rodeado del tetramorfos que a su vez presentan a los cuatro evangelistas: el león de San Marcos, el águila de San Juan, el toro de San Lucas y el ángel de San Mateo. La escena la completan dos ángeles que sobrevuelan la escena.


Ilustración 45 Castillo de Priorio

No muy lejos el castillo de las Caldas o de Priorio levantado sobre las ruinas de otro fuerte en tiempos de Alfonso II, estuvo en manos del Obispo de Oviedo, formando parte de los acantonamientos del insurrecto Conde Peláez.

De ahí y pasando por la aldea de La Piñera y las quintana de Correpiedra,  yendo por la  Cuesta de  Ayones, para de este modo ganar el pueblo de Ayones, donde encontramos la ermita dedicada a Santo Medero del siglo XVIII, «Esta ermita es antiquísima y durante muchos años fue venerada por gran cantidad de peregrinos que venían hasta de otras diócesis. Había lo que se llamaba una casa de Novenas o de peregrinos, destinada a acoger a estos (...) Llegó a tener el santo muchos bienes que le fueron arrebatados con la desamortización».


El Camino a Santo Adriano de Tuñón

Pero habíamos dejado el Camino principal a las puertas de un lugar emblemático como es Santo Adriano de Tuñón, ya que él representa en si mismo la noción del poder religioso y político sobre todo el valle del Trubia, ya que dicha iglesia prerrománica es la representación de una potestad y el camino para desarrollar una gnoseología sobre el poder a partir de los señoríos monásticos en cuyo centro se encuentra este peculiar templo.


Ilustración 46 Santo Adriano de Tuñon

A la altura de Villanueva y una vez cruzado el río Trubia se iba directamente a Santo Adriano de Tuñón, hoy podemos realizar un precioso paseo por la Senda del Oso hasta llegar al Area Recreativa de Tuñón y luego desviarnos hasta la iglesia de Santo Adriano de Tuñón que se sitúa en las coordenadas 43º 17´34.64” N y 5º 58´48.31” W.

El templo se localiza en el tramo medio de la cuenca del río Trubia, en una terraza fluvial de 750 m de longitud. El lugar escogido aprovecha un ensanchamiento de la vega poco después de abandonar la angostura producida por las sierras de Estopo, La Pedrisca y Buanga. Sus orígenes han de entenderse como el resultado de un sistema de poder impulsado a partir de los siglos VIII y IX. Este sistema actúa sobre un territorio con unas bases de poblamiento longevas.


El monasterio iure propio fue fundado (¿o refundado?) por Alfonso III y Jimena en el lugar que se dice de Tuñón dedicado «para reparación de esta iglesia..., para alimento y vestido de «los monjes que allí moran»…, para «atención de los peregrinos»... Si bien no se dice que sean peregrinos que van o vienen de Santiago, o a San Salvador, con lo cual no se puede concluir que no lo fueran ya que estaba claro que iban a postrarse ante la Cámara Santa y la figura de San Salvador.

En este preciso lugar, el 24 de enero del año 891 el rey Alfonso III y su esposa Jimena, dejaban claro que era una fundación personal manibus nostri  en base a una propiedad patrimonio de los reyes  , nostra hereditate propria locum nominatum Sancti Adriani que uocitant Tunionem, por lo cual dotaban de estas propiedades a un monasterio, el de Tuñón, que en esos tiempos ya estaba ocupado, siendo dedicado a los santos Adrián, Natalia, Pedro, Pablo y el apóstol Santiago, aunque no se le puede atribuir a tal fundación presencia monástica reglada, más allá de la  presencia de monjes bajo tradición hispoanovisigoda de sujetarse a las reglas monásticas al uso.


Por tanto, bajo ese imperio de la reorganización política eclesial del territorio, el 12 de septiembre, tenía lugar la consagración del templo monástico, que, desde luego, fue un acto importante tanto para el reinado como para la iglesia ya que la ceremonia fue oficiada por tres obispos: Nausto de Coimbra, Sisnando de Iría y Arnulfo de Astorga.

Y como tal, inauguraban o ¿reinauguraban? un templo de tamaño reducido que a su vez representaba   un pequeño monasterio rural donde los artificios canteriles van a ser escasos aunque su estructura es la habitual en las iglesias construidas por Alfonso II y Alfonso III, ya que consta de una planta basilical de tres naves, cubiertas por techumbre de madera, sin nave de crucero quizá por su escasa importancia, con tres ábsides cubiertos por bóvedas de cañón, formando una cabecera plana, y la habitual cámara secreta encima del ábside central.

Dicha estructura presenta dos compartimentos laterales de los que sólo se conserva el del costado sur, las naves se dividen en tres tramos formados por arcos de medio punto soportados sobre pilares cuadrados sin impostas, terminados en las tres capillas del ábside.

Lo historiadores del arte, indican que es posible que a los pies existiera un triple pórtico cubierto por una tribuna, como es habitual en las demás iglesias de este período. Como ya hemos indicado, su construcción es de poca calidad, en mampuesto y sillarejo, con sillares sólo en las esquinas. Es interesante destacar la ventana de doble arco de medio punto en ladrillo con columna central y capitel, que existe sobre la capilla principal, como único acceso a la cámara secreta.

Ilustración 47 Rey Fruela y sus monjes

La actual nave que prolonga a las originales, fue añadida entre los siglos XVII y XVIII. Durante la mitad del siglo XX se realizaron algunos descubrimientos importantes en las restauraciones que se realizaron en la Iglesia. Se trataba de la restauración de los murales que hay en la zona del altar mayor realizados en la época de la construcción original de esta 

La Iglesia se dedicó a los mártires y santos Adriano y su esposa Jimena

Esta decisión de asentar y reafirmar una potente presencia del cabildo de San Salvador en el valle del Trubia y sus aledaños se ve confirmada  con la posterior entrega de San Pedro de Teverga que pasan  del poder abadengo de Tuñón a ser parte del dominio episcopal de San Salvador ratificado mediante otra ceremonia,  ya que el 11 de agosto de 1108, fecha en que el obispo Pelayo consagraba las tres nuevas aras correspondientes a los altares de los mártires Adrián y Natalia, Pedro y Pablo y el apóstol Santiago, cuyo altar situado a la izquierda contaba con las reliquias de Ligno Domini y del Sancti Jacobi. Fecha además en la cual el templo será ampliado.

El rey Fruela II había firmado este documento el año 891 y lo había confirmado entre los años 910-912 en vida de su madre, viuda de Alfonso III, a juzgar por la forma como lo hizo:« Fruela, hijo de Alfonso rey «de gloriosa memoria», y de Jimena que vivía todavía, puesto que, de haber muerto, añadiría a continuación de sus padres «de gloriosa memoria». Con Fruela confirma a su vez también por su esposa, también llamada Jimena como consta en la inscripción de la Caja de las Ágatas del año 910, aunque hay que tener en cuenta la opinión de un experto como F. Javier Fernández Conde.  


Esta es pues la importancia de la fundación de santo Adriano que reúne tintes estratégicos, políticos y religiosos que a su vez se va conformando una extensa red caminera que tuvo diversas épocas, desde aquellas, cuyos trazados va cumbreando por arterias como las trashumantes: Omaña-Babia, o por líneas  cumbrales  de los puertos quirosanos de la Merced y Andruxas,  etc., hasta llegar a lidiar con el Nalón en tierras de Soto Ribera, pasando por otras épocas en las cuales los pasos fluviales empezaron a afianzarse como buenos lugares de paso, a constituirse como pasos seguros al ir abandonando los viejos pontones de madera que fueron dejando paso al uso de los grandes puentes de piedra, como el de Villanueva.


Desde Santo Adriano de Tuñón es muy posible que hubiese estructura camineras desde el viejo monasterio para entroncar con la Variante de Tenebredo que iba un poco más alta  para seguir al camino ya descrito de Priorio y las Caldas, donde se juntan los recorridos en el Alto de Aspra (333 m) para seguir  hacia el centro capitalino de Oviedo por El Fresno, hitado con la ermita de Santa Susana, hoy desaparecida, entrando por la Calle del Rosal ya en pleno Oviedo (230 m) yendo ya directos a postrarse ante la figura de San Salvador sita en la catedral de Oviedo, por unos fatigados peregrinos provenientes de la meseta leonesa o castellana.

Track de la Ruta https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/camino-real-del-puerto-ventana-arrojo-aciera-tunon-tenebredo-oviedo-123122148

Victor Guerra



[1] Argüelles Álvarez, Patricia Ana. Comunicaciones históricas en la región de Asturias desde tiempos antiguos hasta siglos medievales: El caso del viario romano en el sector transmontano- Tesis Doctoral 2016. Universidad de Oviedo.  Págs. 74-75.

[2] La Voz de Trubia.

[3] González Collado, Mª Belén. Quirós. Un concejo de Obispalía. Dialnet-Quiros-226811

[4] Gallego, Loli. Proaza, sus pueblos y un naturaleza: Villamejín. La Voz de Trubia.

[5] Fernández Conde, Javier: Santo Adriano de Tuñón historia de un territorio en los siglo de transición. Dialnet-SantoAdrianoDeTunon-134094.pdf-

[6] García de Castro Valdés, César y Ríos González, Sergio:  Los Castillos de Proaza http://www.ujaen.es/revista/arqytm/PDF/R5/R5_4_GdeCastro.pdf

[7] Texto obtenido de Wikipedia - Proaza bajo la licencia CC-BY-SA-3.0 el 28 octubre 2019

[8] https://lavozdeltrubia.es/2015/03/28/valdolayes-recogio-la-tradicion-de-la-batalla-y-por-su-prestigio-dio-nombre-a-todo-el-valle/

[9] https://lavozdeltrubia.es/2017/05/07/los-puentes-de-proaza/

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