LOS TRAZADOS PEREGRINOS DE LASTRES: VIA AGRIPA y SANTA MERA.
Se habla mucho del Camino Primitivo como origen del Camino
Jacobeo debido al supuesto viaje que efectuó a uña de caballo del rey Alfonso
II en pos de la demanda del Obispo Teodomiro, se supone que con el objetivo de que
el rey, en cierto modo santificara lo hallado en Compostela, pero ese
supuesto cucurrimus, y su posterior desarrollo, más allá de la polémica
de su existencia, quedó para la
historiografía jacobea como el primer camino: El Primitivo, y que más
tarde (siglo XI) la Crónica Iriense relata la visita del rey a Compostela, a donde
viene a decir que dicho monarca viajó a venerar las reliquias del Apóstol
recién descubiertas y a agasajar «al santo lugar con muchos dones y joyas».
Caminos extraños y desconocidos,
anteriores e incluso coetáneos con el jacobitismo, los cuales se fueron vertebrando
en base a variados objetivos y tránsitos, y entre ellos el peregrino, estos
últimos se sentían concernidos a visitar el sagrado tesoro del imperio articulado
a modo de defensores civitatis, y sito en la catedral de Oviedo dedicada
a San Salvador de Oviedo.
Un contenido y un continente importante y significativo y
anterior al fenómeno jacobeo, la Cruz de los Ángeles (Alfonso II) data del 808,
la Cruz de La Victoria (Alfonso III) es del 908,el famoso Díptico Bizantino en obtiene
en el 539, la Caja de las Ágatas (Fruela)
en el 910, y el Arca Santa
(Alfonso VI) es de 1075, y recuérdese que hasta el año 930 no se da la figura de un
peregrino fielmente documentado como peregrino jacobeo.
De este modo, se fue articulando a lo largo de los siglos muchos trazados de peregrinación, algunos de aquellos que cruzaron la Asturias de esos tiempos se ha convenido desde 1952 en denominar Veredas de San Salvador.
Puede parecer insólito plantear
estas veredas en épocas anteriores al fenómeno jacobeo, pero hay pruebas
de que la Asturias cismontana tuvieron un importante papel en el seno de las
conciencias, ignoro sí cristianas o paganas, pero es un hecho que antes del
fenómeno jacobeo se recogen diversos flujos de romeros por estas primigenias
redes camineras, que como dice el
historiador Labande «Cristianos
que, en un momento dado, habían decidido ir a un lugar determinado y, a ese
viaje habían decidido subordinar la organización de su existencia».
Lo cierto es que la sorpresa fue
mayúscula cuando se comprobó que esa red de alojamientos dedicada a la caridad
de los caminantes no solo estaba repartida por buena parte de calzadas romanas
y redes camineras, sino que además de
ser muy antigua esta fue ampliando su
presencia a lo largo del territorio asturiano e interaccionando con los diversos cenobios implantados en la región. Por
eso a veces me resulta extraño ver a algunos estudiosos jalonar los caminos con capillas del siglo XV,
las cuales es evidente que hay que tener en cuenta, pero dejar de lado los primigenios hospitales o
monasterios que salpican dicha red, me parece un sarcasmo.
De hecho, en el período que va
desde el año 793 hasta el momento en que las peregrinaciones jacobeas empezaron
a hacerse notar con sentido propio en el territorio asturiano, sobre a parir del
año 1090, en esos casi trescientos años en esta pequeña región norteña se llegó
asentar una importante número de albergues y hospitales que se aproxima a un 181
alojamientos, sustentados en su mayoría sobre diversos monasterios, de los
cuales sabemos que a mediados del año 1000
se contabilizaban unos 178 cenobios, sin
contar con aquellos de los que hemos perdido su memoria.
Una cuestión a tener en cuenta,
es que durante esos trescientos años de primigenia actividad religiosa esta tuvo un sincrético cariz
religioso, no en vano por estas tierras anduvo el lebanense beato, el de San
Martín de Turieno, intentando enderezar la cuestión herética, incluso marcando
de cerca de la reina Adosinda y a su protegido sobrino Alfonso II, para mí coleto
que este no será su sobrino sino su hijo…, pero esto es harina de otro costal,
pero creo que en todo ese periplo de estos
primeros asentamientos religiosos hubo entre ellos una importante presencia priscilianista.
Como antes comentaba a esos ejes camineros y peregrinos se van vinculando
una serie de fundaciones religiosas, que desde Roncesvalles e Irún se irán extendiendo a lo largo de la
cornisa cantábrica y a la franja franca de la meseta las cuales paradójicamente
se ponen bajo la advocación de la figura de San Salvador.
Pues bien, a todo este magma no fue ajena la variante peregrina
que se fue articulando entorno al camino de Lastres y Santa Mera.
EL CAMINO DE LASTRES DESDE LA
ASTURIAS TRASMONTANA
Dice algún viejo
cronista que Lastres ocupa un lugar harto honroso, que no debe olvidarse en
cuanto a la historia de las peregrinaciones, y en eso estamos de acuerdo, pero
de ahí a decir que «Lastres surgió sin
duda mucho después de que el Camino Francés cruzase la España Medieval, siendo
un lugar modesto que adquiría un importante auge económico con la pesca y la
navegación. Aquí, ya incluso antes de tal prosperidad, los peregrinos
encontraban ayuda en la caridad de sus gentes. Así lo demuestra la existencia
de un primitivo Hospital, el que nos dan datos los libros parroquiales, que se
concretan a forasteros y pobres “ostiatim”, que así los definen las
inscripciones de defunción, fallecidos en “la hospital” –en todas se indica en
femenino- de este Puerto y Villa de Lastres.
El final de este Hospital debió tener lugar en el primer
tercio del siglo XVIII, según resulta de las actuaciones judiciales por las que
se adjudican a Santiago Mariqueta, natural de Lastres y comerciante de gran
posición en la villa de “Ponte Vedra” , los bienes de María Santa Ruíz, madre
de Matías Tilán, por deuda de éste contraída con el citado a causa de una
fianza. Para el pago se le adjuciaron con otros “la mitaz de la Casa y Capilla
y sus Ornattos del Ospital sita en el dho Puerto”, en 1730».
No fue una construcción de un día
para otro, sino más bien el basamento de muy diversas necesidades y objetivos:
económicos, políticos, religiosos, lo cual se fue sedimentando a lo largo de
los siglos tejiendo una extensa red, que
hasta puede resultar estrambótico para muchos lectores plantear dos puntos,
como Riaño y Lastres, sin embargo estos dos poblamientos estuvieron desde épocas
muy antiguas comunicados por diversas vías de origen romano que recogían una parte de los flujos camineros
de otra gran calzada romana como era la Saliámica,
o sea la gran vereda comercial del Esla, y será el puerto de Lastres el punto
final de ese gran recorrido, que a su vez cruzaba otro gran eje que iba de Este
a Oeste, cruzando toda la cornisa cantábrica, en este caso se trataba de la Vía
Agripa que proveniente de Aquitania cruzaba la rasa costera cantábrica en
dirección a Finisterre.
COLUNGA y LASTRES COMO ENCLAVES
CAMINEROS
Volviendo la vista al eje
proveniente de Castilla, este entraba en Asturias por el Puerto Tarna y seguía valle abajo a través de la calzada romana
del Sellón con destino al gran monasterio de San Juan de Berbio (Infiesto),
pues los posibles peregrinos que habían dejado la inestable meseta por las
variadas posibilidades que ofrecía la nueva corte visigoda asturiana, se ponían
detrás de las reatas de arrieros para llegar a buen puerto.
Una atravesadas las tierras
casonas y piloñesas y ganado el altozano
de La Llama, se entraba en tierras colunguesas tomando aguas
vertientes colunguesas hacia Libardón donde
hemos visto que había habido en su momento monasterios y hospitales, en
dicho lugar el camino se tornaba tras cruzar el río hacia al Collado de La Era para
ganar La Venta sita en monte Pumerín, dejando el valle de Libardón de lado, se
continuaba por la Trapa, La Moruca y Les Pedroses, para ir hacia el Cancio y se
cruzaba el arroyo de Carrandi por un
viejo pontón que daba acceso directo a las Casas de Friera y El Ferrero,
pudiendo tras unas horas de brega entrar en la capitalina villa de Colunga.
Pero el camino no se detenía aquí, sino que buscaba su continuación rumbo a Lastres, que era el origen y final de este trazado que tenía como fin el tráfico comercial los salazones lastrinos e incluso el embarque y desembarque de pasajeros.
Desde Colunga los flujos
camineros no se desarrollaban por la
actual carretera, sino que lo hacían a través del antiguo Puente de Santianes
ubicado sobre el río Libardón para subir a la aldea de San Telmo y bajada hacia
el arenal de Lastres y subir al centro
de la villa portuaria de Lastres.
Evidentemente no parece que
hubiera un definido fin peregrino entre la meseta castellana y Lastres, sino
que más bien los peregrinos es de suponer que se iban añadiendo al tránsito de arrieros,
trajineros, y mercaderes varios, y detrás de ellos algunos atrevidos romeros que desde la meseta dejaban llevar con la intención de arribar a
Oviedo sanos y salvos, unos se desviarían al llegar a la cuenca del Nalón,
otros seguirían hasta Infiesto para doblar al Oeste hacia Oviedo por el Camino de los Francos,
y algunos otros seguirían a Lastres para
poder seguir de este modo hacia Gijón una vez cruzada a modo de atajo la ría de
Villaviciosa en barca.
LA IMPORTANCIA DE LASTRES EN LOS
FLUJOS PEREGRINOS
Pocas noticias nos llegan de
peregrinos por estos lares, pero alguna hay, sabemos por uno de los peregrinos
que recorrió antes de postrar su alma en Lastres durante su viaje de vuelta de
Santiago, que hizo el trayecto en unos 25 días, es de suponer que en la peor
época y tan exhausto que « En primero de febrero de mil setecientos
treinta y ocho murió en el hospicio de pobres y peregrinos de este Puerto de
Lastres, del que da fe que se halló en su poder de aver conffesado y comulgado,
y visitado el templo de Santiago de Galicia Su fha en la propia ziudad en
treinta de Diciembre del año proximo passado resulta llamarse Jacobo Oche, de
nación frances».
«Laexistencia de este Hospital motivaría la afluencia de peregrinos a Lastres, quienes afrontarían de buen grado
las dos leguas abundantes que habrían de recorrer desde Colunga a la Venta del
Pobre, o a la inversa, cogiendo de nuevo el Camino de la Costa. La falta de
libros del Hospital, con sus altas y bajas, nos impide conocer el número de
peregrinos que aquí hallaron acogida. No obstante, los Libros de difuntos y de
Bautizados de la Parroquia, nos permiten saber, aunque sea en pequeña parte, el
paso de los que se dirigían a la ciudad del Apóstol o bien regresaban de ella.
Su relación es apasionante, pues los hallamos desde las tierras de Francia
hasta la lejana Corte de Viena y desde Flandes hasta las Ciudades de Milán,
Liorna y Nápoles.
Comienza, si bien extractamos su contenido, en la forma siguiente:
- Un mes mas tarde, el 1º de
Marzo, fallecía en el hospicio otro peregrino, que de certificación que traía
de Compostela resultaba llamarse Juan Navarro, de 55 años y de nacionalidad
francesa.
- el 13 de octubre del mismo año,
moría una peregrina que según certificación que se exhibió en el hospicio
resultaba llamarse Juliana Brauin y ser mujer legítima de Juan Remio, natural
de la Parroquia de Santa María del Monte Serrato en Bruselas.
- La triste relación se vio
interrumpida durante años, hasta que el 17 de febrero de 1746 falleció en el
que ya se llama Hospital de peregrinos, el que dijo ser casado, de 57 años, y
natural y vecino de “la ciudad de Nápoles en la Ytalia”. Su nombre Francisco
Falco.
- El 23 de abril de ese año,
acaecería en el hospicio la muerte de “un muchacho que dijo llamarse Gabriel de
Quintana, de 16 años, natural de Poo, peregrino de San Salvador de Zelorio”.
- Transcurrirían doce años sin
acaecer más fallecimientos, hasta el 16 de abril de 1759, en que moría un
“Peregrino que dijo ser de nazión frances, vecino de la ziudad de Snt Malo,
cuyo nombre y apellido se Ignora, por averle otro peregrino quitado papeles y
cartera”.
- El 21 de enero de 1762 moriría
en el Hospital de este Puerto Francisco de Montes, hijo de Antonio de Montes y
de Manuela de Ceprejos, vecinos de Córdoba, y casado con –tahalina Kauznannin,
hija de Gaspar de los Reyes y de María Ysabel, vecinos de Alemania. No tenía
domicilio. Al margen: Pobre Peregrino.
- al día siguiente, día 21, moría en el Hospital, Juan Bautista Damian, “soltero, célibe, natural de
Liorna en la Toscana, de edad como de sesenta años”. Al margen: Pobre
peregrino.
- dos años más tarde, el 26 de
febrero de 1764, fallecía en Lastres Michael Lescure, Peregrino que venía de
visitar al Apóstol Santhiago, el que según sus papeles era de nacionalidad
flamenca.
- El día 5 del siguiente mes de
marzo, moría en el Hospital, Ignacio Berti “peregrino natural del Ymperio
Romano, dijo ser casado, de hedad de treinta y tres a poco más o menos” (Cf.
Libro de Difuntos antes citado de los años 1723 a 1771).
El siguiente Libro de Difuntos
recoge la siguiente inscripción:
“El día quatro de abril de mis
Setecientos setenta y siete falleció en el Hospital de este Puerto un Peregrino
cuyo nombre no se ha podido averiguar, por no aver hallado papeles algunos, era
originario, según dijo un compañero suyo, de un lugar distante siete leguas de
la Ciudad de Tolosa en el Reino de Francia”
. Su carácter de peregrino lo
deduce el Párroco de habérsele hallado “un Devocionario y otras señales
suficientes de cristiano.
En todas las inscripciones
expresadas, transluce la evidente caridad de los sucesivos Párrocos y
Sacerdotes que había en Lastres y tamb8ién en el Concejo, pues en todos los
casos asisten todos o casi todos a los funerales y sepelio, siempre solemnes,
sin percibir estipendio alguno, por ser todos, sin excepción pobres».
Estos testimonios peregrinos más la aparición de datos
sobre monasterios y hospitales en los predios lastrinos me hacen retomar la cuestión caminera y
peregrina en esta parte de la comarca.
EL CAMINO COSTERO Y LA VIA AGRIPA
A estos caminos ya les dediqué
una entrada en este mismo blog: https://www.veredadeheterodoxos.net/2019/11/os-caminos-jacobeos-en-colunga-y.html?
En dicho artículo obvié algunas
cuestiones esenciales que hoy examinando otros datos inciden en dar
consistencia al eje lastrino como eje peregrino, apoyado sobre todo en el cruce
en barca por Rodiles hacia el Puntal para seguir por el Camino del Norte, y en
la existencia de un hospital en Santa Mera.
·
Morado. Mi Camino de recreación
·
Azul oscuro, Camino Jacobeo por Pernús
·
Verde Camino
Jacobeo por Lué
·
Tramo Verde. Camino Jacobeo, entre Colunga y Lastres
·
Tramo marrón. Traza primigenia desde Lastres a La
Rasa, por Puente La Llomba
Sí antes he comentado el camino que venía del
Sur de la región por Tarna hacia Lastres,
ahora expondré el camino que entraba y
entra a Asturias por la rasa costera llanisca, el cual se encuentra jalonado por
los inputs salvadoreños de: San Salvador de Celorio y San Salvador de
Moru, ya no hablo de pequeñas capillas, sino de importantes referencias
monacales.
Desde La Isla, bien entrando a la
villa de Colunga o bien dejándola de lado, en el primer caso se bordeaba el
monte La Griega pasando por San Juan de Duz, donde hubo un viejo monasterio sin
datar, y se continuaba hacia Lastres a través del antiguo Puente de Santianes
ubicado sobre el río Libardón, hasta aquí llegaría también el ramal proveniente de Colunga.
A partir de aquí lo que me
interesa aquí es reflejar la importancia de los posibles caminos que partían de
Lastres, y por los cuales a buen seguro que también transitaron en una u otra
época diversos peregrinos bien siguiendo las Veredas de San Salvador o el
Camino Jacobeo.
En todo caso el territorio ha
cambiado mucho, pues las parcelaciones, los cierres de fincas, y los nuevos trazados
carreteriles han alterado toda la conformación geográfica del territorio, y si
a ello unimos las pocas noticias históricas existentes, y que los desencuentros entre diversos estudiosos del
tema no ayudan mucho a la clarificación, pues nos hallamos ante una difícil
tarea de esclarecimiento.
El LASTRINO CAMINO COSTERO
El trazado que parte de San Roque nos lleva rumbo Oeste,
en primer lugar, hacia la aldea de Luces para luego aproximarnos al enclave de
Santa Mera.
Este trazado actualmente está en parte jalonado por unas
marcas de color azul a modo de ondas, las cuales irán apareciendo aquí y allá.
Mientras seguimos dirección hacia la Casa de Techa, en cuyo punto se nos
presenta un fuerte pero corto repecho para ganar de este modo la trasera del
Palacio de Luces (s. XVI) en cuyo interior se haya la capilla de la Figarina.
Luces, es un pueblo longitudinal
como corresponde a los pueblos que soportan tránsitos importantes sobre los
cuales se fue vertebrando su poblamiento, que como se puede ver tuvo dos
momentos claves, puesto que sus casas se abren a las dos vías principales que
divide en dos la aldea
DESDE LUCES LA VIA AGRIPA
Los historiadores de los caminos, como Pedro Pisa, o Méndez de Luarca, o
arqueólogos como Patricia Argüelles, no se ponen de acuerdo en cuanto a la
Vía Agripa, incluso la arqueóloga citada, ¿nos dice que la pretendida Vía
Agripa por Lastres, se trata de una variante del eje principal…?
Ubicados en pleno el pueblo de Luces
se nos presentan dos caminos diferenciados, el primero la Vía Agripa, de
utilización militar puesto que se dice que por dicho trazado transitó la Legio
IV Macedónica que estuvo acampada en la playa de la Griega, la cual llegó incluso
a tener una guarnición en Selorio. A su vez queda también clara su vocación como eje caminero, el cual es
muy posible que se tomara en cuenta por los mercaderes y a la vez por algún
peregrino que llegado a Lastres abandonara la idea de cruzar en barca la ría de
Villaviciosa en Rodiles, y quisiera seguir camino adelante hacia Maliayo.
En este caso lo más factible es que lo hiciera a través de la famosa vía romana denominada de Agripa, de la cual ya nos habló Miguel Vigil en 1887, siendo reflejada en un primigenio mapa allá en el 1546 por Juan Villuga.
Dada su impronta, este importante
trazado pasó a conformar en el siglo XIII la columna vertebral del Camino
costero de Santiago, al menos así lo afirma la arqueóloga Patricia Argüelles Álvarez, que
aduce que de dicho eje salieron diversos ramales, según nos muestra en este gráfico.
.
Situados en los predios del
poblamiento de Luces, aquí el trazado de la vía de Agripa baja mirando
al Suroeste, acompañando en su arranque a la riega de La Llorea, buscando los
entornos de la aislada casería de Fana y su famosa fuente.
El trazado que hoy se puede transitar
entra por la derecha de la fuente-lavadero, a través de un amplio camino que
desfila por entre los parajes que ocupa el denso ocalital de la Rasa de Luces,
y se adentra en él por entre la Riega de las Sanguijuelas y las Garitas. El camino a medio desbrozar va buscando
la amplia pradería de Manayu, por un trazado que deja ver en algunas ocasiones
el balastro pétreo y posibles restos de viejos muros, aunque su traza no está
muy bien definida.
Una vez llegados a la pradería del
Manayu, esta se cruza en oblicuo hacia
la derecha, para buscar entre el bosque de ribera el pontón que se dice romano, aunque tiene más de factura altomedieval
que otra cosa, el puente denominado de La Llomba, se encuentra situado sobre las llamargosas tierras
que empantanan los arroyos de la Llomba y el Llabiardo.
Hay que tener en cuenta que la presencia de la autopista A-8, ha alterado toda la geomorfología de la zona, de hecho Pedro Pisa nos dice que el Camino de Lastres a Villaviciosa, (este estudiosos evita hablar de la Vía Agripa), «iba desde el puente de la Llomba hacia la Venta del Pobre para seguir por Castiello de Lué- Capilla de la Merced -y de ahí al El Fontabil, para seguir por Castiello Selorio -Capilla de los Remedios y enlazar con el camino que unía el caserío de Lerón con Barzana, hoy prácticamente perdido, el cual tenía su continuación por el puente de Sebrayu, y de ahí a Carda y Villaviciosa».
Sin embargo, hay quienes hacen pasar la Vía Agripa por la larga secuencia de puentes cegados como los de La Calle, situados sobre el arroyo de Sorriego entre el lugar de Obaya y el Picu, o sea por debajo del pueblo de Espina.
Este otro trazado de la Vía Agripa es posible que
se bajara a la Vega Selorio, dados los hallazgos y la importancia que tuvo la
iglesia de Santa Eulalia en la zona, y bien desde tal enclave se subía por La Calle hacia Barzana bajando de nuevo a
Sebrayo, e incluso que desde La Ariella se fuera por La fontana y por
Entrecuetos a Bárzana, o se pasara a la Espina para cruzar de nuevo al Sebrayo, que toda esa zona intermareal planteaba
muchos problemas de paso.
En todo caso no se puede descartar un posible uso
peregrino, tal vez de carácter esporádico ya que hablamos de muchos años atrás.
En todo caso es una cuestión para el estudio.
SANTA MERA Y LA VÍA MARITIMA
JACOBEA
El otro eje es que va desde Colunga hacia Lastres, y tiene sentido si la intención, sobre manera, en tiempos del Camino Jacobeo, era continuar por la traza costera hacia Gijón, puesto que esto permitía a quien pudiera pagárselo cruzar en barca la ría de Villaviciosa, aunque tengo serias dudas de que se pudiera cruzar en aquellas remotas épocas por los posibles vados de la ría, aunque a buen seguro que alguno lo habría intentado.
Desde esta otra perspectiva sí
que estamos hablando de un atajo importante a la hora de continuar por la
franja costera hacia Galicia, obviando de este modo la visita a la capital
ovetense, tal vez con el aumento de la popularidad de Santiago, la demanda
sobre San Salvador de Oviedo es posible que descendiera, pues el punto
referencial ya no eran las reliquias sino el santo que todo lo puede, o sea
Santiago yacente en Compostela.
Pero no adelantemos
acontecimientos, el trazado que ahora trato de describir saldría de Lastres hacia Luces y continuaría en dirección a la
aldea de La Busta, para lo cual hoy tenemos dos alternativas.
La 1ª alternativa: Se desarrollaría a través del camino de La Teyerina, o sea se
caminaría hacia el faro de Lastres, y antes de llegar a él, se tomaría un
camino a la izquierda a la altura de una cuadra, y una fuente situada en un
pequeño área que queda a nuestra derecha, en este punto se entra por el camino de la izquierda, y por las
LLavaderas se cruzaría el arroyo de Lloréu, siguiendo camino adelante virando a
la derecha cuando nos venga por la otra mano la alternativa proveniente de Fana.
(Color granate).
Este pequeño enclave de Santa
Mera recoge en su extremo norteño una ermita dedicada a Nuestra Señora de la
Cabeza, de rara advocación en Asturias, por lo cual el templo era más conocido
en los viejos documentos históricos como San Martino del Monte o San
Martín de Merana, cuyo recoleto templo responde a la estructura del
románico rural asturiano, en base a una rectangular nave única rematada mediante un ábside
cuadrangular, y cuyo templo como todas las iglesias asturianas ha sufrido
varias remodelaciones, aunque hay restos del antiguo edificio.
El camino para poder ir hacia la ría de Villaviciosa
continuaría desde Santa Mera por Los Calieros yendo hacia la ermita de San
Andrés a las puertas de la aldea de Villar, cuyo carril aledaño al igual que
otro que sale de Santa Mera, nos llevaría de seguirlos por el llamado Camino Sacramental que, pasando por la
llamada Cruz Grande, bajaría ante la
rustica ermita del Carril camino de Santa Eulalia de Selorio pudiendo y continuar
hacia Villaviciosa.
En realidad, esta opción sería una escapatoria, pues el camino de Santa Mera tendría como objetivo primordial dirigirse hacia el punto de atraque de la barca de Rodiles para cruzar la ría.
Situados aun en el altozano de Villar,
el camino iría hacia el destino marítimo y se tomaría un viejo camino, hoy
tipificado como agrícola, que se adentra en las llamadas Praderías del
Puertu yendo hacia el lugar de El Dosal, el cual, tras unos dos kilómetros termina
desembocando en la actual carretera VV-6 entre las Casa de la Tapia, muy cerca
de la vieja ubicación de la Ermita de Santiago, hoy desaparecida
NOTA: El problema es que este
camino cuando se baja de Villar y se dejan atrás las praderías ha sido cortado
con dos portillas y unas cámaras de vigilancia, dado que el propietario de las
dos fincas colindantes ha decidido que eso es suyo, y por tanto aquel que no
tiene fincas en la zona no puede pasar, pese a que dicho camino está presente
en todos los mapas, hoy el tránsito se ve interrumpido, por cuyo motivo
aquellos que quieran explorar la zona o bien tienen que bajar por la carreteraVV-6
hacia Olivar o cruzar las praderías a
pelo por la linde del monte en
dirección a las instalaciones de la depuradora que se ve más abajo.
Ya en la península de Rodiles, y
en pleno arenal los peregrinos pudientes tomaban la embarcación que los
cruzaría hasta el lugar de La Barca (El Puntal), lugar más estrecho de la zona,
salvo que se pudiera cruzar a pie por
los posibles vados que tal se pudieran dar a la altura del llamado Bornizal
hacia San Martín del Mar, de nuevo vuelve a estar presente el santo de Tours,
el cual dicho sea de paso ha tenido un fuerte predicamento en Asturias.
En los predios del Bornizal se
haya la isla del Monasterio en donde hubo un cenobio documentado en el
siglo X en tiempos de Alfonso III, el cual ha sido fruto de excavaciones en el
pasado verano.
Este es otro de los Caminos
jacobeos que no ha sido oficializado.
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