El SALVADOR ALGO MAS QUE UNA IMAGEN, Y OTRAS REFLEXIONES.

 

El Salvador, foto de LNE

Hace ya algunas horas que se he terminado la celebración anual del “Dia del Salvador” y el Sr. Obispo de la metropolitana diócesis ovetense, muy inclinado a las versiones tradiciones tridentinas en cuanto a liturgia, en su homilía sobre el Salvador según recoge la prensa “revindicó el papel de la ciudad y la Catedral como punto de partida de la visita a nuestro monarca Alfonso II a la tumba del apóstol Santiago. De aquí sale el Camino Primitivo que se llama así porque es el primero”.

No deja de ser paradójico que quien fue la primera capital peregrina de España colocada bajo la advocación del Salvador, a cuyo seno se dirigen diversos caminos casi que cuarenta años antes que apareciera el Hijo de Trueno en Padrón, sea remitida a una imagen y que Oviedo fuera punto de partida hacia Padrón y por tanto dicha ciudad y catedral fuera la cabecera del Primitivo.

Pobre defensa para una herencia visigoda que construyeron y articularon como centro de esa actividad primera, que indudablemente va «unida a los Alfonsos: II, III, IV, V y VI; a los Ramiros: I, II y III; a los Ordoños: I, II, III y IV; a los Sanchos, a los Vermudos…»

Dejar la ciudad y la catedral relegada a una imagen como la que presenta el sr. arzobispo Sanz Montes es obviar el hecho, tal y como han hecho los historiadores que ha habido una antigua traza que se registra sobre algo más allá de mediados del 700, y que se articula y se jalona en base a edificaciones y asentamientos levantados bajo la advocación del Salvador, sobre la cual se articulará más adelante la red caminera jacobita a partir del 950.

Triste es que el arzobispo que debía vender esa idea y ese proyecto salido de las elites políticas visigodas se vea relegado a ser comienzo de un Camino y punto de partida de un rey.

Parece ignorar el ilustre arzobispo que Oviedo es la meta de una serie de trazas camineras que vienen desde el Este, desde Irún jalonando los trazos bien por las veredas norteñas o las más mesetarias hasta concluir en Oviedo, recuerdo al paso San Salvador de Leire, San Salvador de Oña, marcando la entrada por la Pernía San Salvador de Cantamuda, camino de San Salvador de Celorio, San Salvador de Moru, San Salvador de Priesca, San Salvador de Fuente o San Salvador de Valdediós y  culminar ante la catedral por excelencia como es San Salvador de Oviedo.

Pero ya lo dijo algún pensado que España anda corta de gentes del pensar y en esto de peregrinaje, hay bastantes gurús, mucho peregrino estival que sigue las flechas como si fueran la biblia en verso, pero poca investigación, más allá de dejar largas colas de selfis o lo que come cada uno durante sus Caminos no ponen lo que cagan porque no es de buen gusto.

Decía algún viejo hospitalero de las viejas hornadas, que eran buenos estos tiempos de Covid, porque aclarará el panorama en muchos sentidos relacionados con la peregrinatio, habrá regulaciones de apuestas extrañas de albergues que intenta pasar la lobera por ovinas, habrá limpieza de paseantes y transeúntes de mochila con la vieira, y en resumen quedará un camino más “normalizado” aunque aún habrá que pasa el sarampión del 2022 en  cuyo año la iglesia como institución ya prepara y anticipa su traca final.

En fin, este año 2021, está siendo tan antipático para con los peregrinos como lo fue el 2020, tal vez más pues en esas épocas estábamos confinados por territorios, ahora no lo estamos, pero conseguir alojamiento o avituallarse es toda una aventura de la cual están saliendo mal parados todos los que trasiegan por los Caminos Jacobeos.

Los Caminos más periféricos están sufriendo mucho más, y están que se muerden la cola como la bacaladilla, no hay peregrinos y no hay albergues abiertos, lo que atestigua en Caminos como el Sanabrés, el Olvidado o el de Invierno, siguen marcando la pauta Caminos por el Francés o el Portugués y poco más, el Primitivo y el del Norte muestran problemas logísticos varios y variados.

Y mientras el señor arzobispo en vez de hacerse eco de las oportunidades patrias de realizar los Caminos mirando a Oviedo y o a Santiago, pues eso, se pone cara a la meca santiaguera dejando su propia diócesis en una segundona situación y vasalla de la Galaica, aunque el refrán y dicho dígalo contrario. Pero es una forma de ver las cosas, y la peregrinatio, pues nadie parece darse cuenta de las advocaciones salvadoreñas que las hay a patadas en la ancha Castilla, y también en la activa Gallaecia.

Pero esa distorsión de la imagen, es muy ilustrativa y aunque el refrán sigue erre que erre indicando la dirección de la mirada, cuando el peregrino llega al pórtico de La Gloria es curioso porque se queda mirando al viejo maestro Mateo trasmutado en Santiago, pero no levanta los ojos para ver al Pantocrátor, o sea al Salvador, que es quien recibe quien preside tal puerta y entrada.

Ese ha sido un trabajo de transmutación de la referencia salvadoreña a la jacobita que debemos sobre todo a Beato de Liébana  y al gran trabajo de los monjes negros, o sea  la Orden de Cluny que fue quien creo ese trampantojo religioso, relegando la figura central de San Salvador  a la que vez que derogaba la cultura visigoda  y toledana por la carolingia, con el caldo gordo hecho por nobles y religiosos, que vieron con buenos ojos el desplazamiento de los centros de poder hacia León y Castilla, y la potenciación de nuevas clases políticas.

Queda pues un largo trabajo de historiografía y de reflexión sobre la peregrinatio y sobre el Camino.

He dicho Victor Guerra

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